Ante unos 83.000 espectadores en el estadio Monumental, la selección tricampeona mundial celebró con una fiesta el primer partido de los campeones del mundo en suelo argentino, poco más de tres meses después de la victoria por penaltis sobre Francia en Lusail.
Los goles los anotaron Thiago Almada y Lionel Messi, que de este modo llegó a las 800 dianas en su carrera.
El amistoso ante Panamá representó una fiesta popular que sirvió como reconocimiento para el seleccionado campeón del mundo y una continuidad del histórico recibimiento a los jugadores, con cinco millones de personas en las calles de Buenos Aires a fines de diciembre.
Para este encuentro, las localidades se agotaron en poco más de dos horas, con casi dos millones de registrados para tratar de conseguir alguna de las 83.000 localidades en un estadio Monumental que lució de bote a bote, a tal punto que la ansiedad por ver a los campeones hizo que las tribunas estuvieran repletas desde varias horas antes del comienzo del partido.
Durante la espera, los hinchas pudieron ver a varias bandas musicales, que ejecutaron canciones alusivas al equipo campeón y al astro Lionel Messi, idolatrado en todo momento desde su desembarco en Argentina para estos partidos de carácter más festivo que competitivo.
La celebración de la selección argentina por la tercera coronación mundialista de su historia continuará el martes próximo, con un amistoso frente a Curazao, a jugarse en Santiago del Estero (norte).
Una Argentina avasallante
Como era de esperarse, el encuentro comenzó con un claro dominio del campeón mundial, que a punto estuvo de anotar a los dos minutos en una incursión de Rodrigo De Paul que despejó un defensor 'in extremis', y poco después Messi levantó a la multitud con un zurdazo que rozó en el capitán Ramos y fue contenido por el arquero José Guerra.
A los 15 minutos, los hinchas explotaron ante una falta muy fuerte que Kevin Galván le cometió a Messi, y por la que fue amonestado, y el '10' de Argentina casi se cobra desquite con un tiro libre que sacudió el travesaño, cuando Guerra sólo miraba y nada podía hacer para evitar la apertura.
Tampoco pudo definir Mac Allister tras recibir un pase entre líneas de De Paul, y luego Julián Álvarez dejó a Messi de cara al arco, pero un zaguero se interpuso para frenar, y cerca del final de la primera parte, Enzo Fernández sacó un misil que buscaba el ángulo derecho y forzó la estirada salvadora del portero panameño.
A la Argentina sólo le faltaba el gol para establecer en la chapa del marcador la abrumadora diferencia que mostraba ante una Panamá alternativa, que a duras penas lograba cruzar la línea del centro del campo.
Volvió a intentar Messi con un par de tiros libres frontales, y miles de hinchas se agarraron la cabeza cuando el portero Guerra le negó el gol al capitán albiceleste con sendas estiradas para salvar su valla, en el arranque de la segunda mitad.
El regalo del Diez
Movió el banco el entrenador Lionel Scaloni con los ingresos de Paulo Dybala, Thiago Almada y Lautaro Martínez, en busca de más contundencia en el ataque.
Recién superada la hora de juego llegó la primera ocasión favorable a los visitantes, con un pelotazo para Stephens, que en solitario buscó dentro del área y remató desviado, pero apenas fue un respiro dentro del holgado dominio de Argentina.
El primer gol de los rioplatenses llegó por decantación, en una de las tantas situaciones creadas y en uno de los numerosos tiros libres de Messi, que estrelló en el larguero, y después de que Paredes no pudo conectar, Almada entró por detrás para enviar la pelota a la red con un zurdazo.
Lejos de rendirse después de varios intentos fallidos, Messi buscó hasta conseguir su gol, y lo consiguió a los 89 minutos, con un precioso tiro libre al ángulo izquierdo que derrotó por fin al inspirado Guerra para gritar su gol 800 y el 99 con la Albiceleste.