La veterana capitana Sara Gama se ha quedado fuera de la convocatoria de Milena Bertolini, ya que la seleccionadora italiana ha dejado sitio a los nuevos talentos.
Giulia Dragoni, de 16 años, se hizo con un puesto en el avión rumbo a Australia y Nueva Zelanda tras impresionar en su debut como suplente en el reciente empate sin goles contra Marruecos.
Es poco probable que la joven jugadora sea titular, dada la dura competencia en un centro del campo liderado por Manuela Giugliano, pero bien podría desempeñar un papel en el intento de demostrar que es mejor que en 2022.
Italia sorprendió al alcanzar los cuartos de final del último Mundial -su primera participación en dos décadas-, pero terminó última de su grupo con un punto en la Eurocopa de Inglaterra.
Dragoni fue elegida junto a otra joven promesa, Emma Severini, de 19 años, de la Fiorentina, en una convocatoria en la que figuran 15 jugadoras del Juventus y del Roma, flamante campeón de Italia.
Dragoni, que jugó al fútbol mixto hasta los 13 años y se ganó el apodo de "Pequeña Messi", es una estrella en ciernes.
Tras dejar el Inter de Milán en enero, marcó cuatro goles en 10 partidos con el segundo equipo del Barcelona, que se proclamó campeón de segunda división, y formó parte de la plantilla del primer equipo que ganó la Liga de Campeones.
"Desde septiembre hemos empezado a probar cosas nuevas y a traer jugadoras nuevos", dijo Bertolini.
"No queremos limitarnos a un solo estilo de juego, porque el equipo tiene que ser capaz de adaptarse en función de a quién se enfrente".
La situación actual de Italia en el fútbol femenino se refleja en el objetivo declarado de Bertolini para el Mundial: superar un grupo en el que también están Argentina, Suecia y Sudáfrica, y ver cómo van las cosas a partir de ahí.
Superar las expectativas
El fútbol femenino italiano ha recorrido un largo camino en los seis años transcurridos desde que Bertolini se hizo cargo de la selección nacional, pero el país sigue estando por detrás de sus rivales europeos (Inglaterra, Alemania, Francia y España), por no hablar de Estados Unidos, vigente campeón del mundo.
Una de las claves del ascenso de Italia hasta el puesto 16 de la clasificación mundial fue Gama, pero el mes pasado se quedó fuera, y su etapa como capitana y líder espiritual de la selección parece haber terminado.
Gama ha sido algo más que una jugadora importante en sus 126 partidos con Italia: presionó para que su país se tomara en serio el fútbol femenino.
Es vicepresidenta de la Asociación Italiana de Futbolistas, está cualificada para trabajar como directora deportiva y es una presencia culta capaz de cambiar percepciones.
Antes de que Italia alcanzara los octavos de final del último Mundial, el fútbol femenino era totalmente amateur e ignorado o ridiculizado por el gran público.
Pero superar las expectativas en el Mundial de 2019, gracias en gran parte a una zaga liderada por Gama que no concedía en juego abierto, propició una audiencia con el presidente italiano Sergio Mattarella y que la Serie A femenina se profesionalizara.
La expulsión de Gama de la selección enfadó a la veterana central, pero Bertolini insiste en que Italia está preparada para seguir adelante con la próxima generación.
"Hay futbolistas jóvenes que se están desarrollando y creo que hay jugadoras que se adaptan mejor al tipo de fútbol que me gustaría llevar al Mundial", declaró la propia Bertolini.
Italia comienza su torneo contra Argentina el 24 de julio.