España se enfrenta a Zambia en la segunda jornada con la intención de alcanzar los octavos de final a la mayor brevedad posible. Ganar lo aseguraría automáticamente, el empate debería acercar ese objetivo y la derrota generaría notables problemas. En cualquier caso, el liderato está en juego y lo ocurrido en la anterior edición, con un complicado primer cruce frente a Estados Unidos, dio una elección sobre lo importante que es terminar en la posición más alta para así evitar a los oponentes más duros.
Las turbulencias condicionan el rumbo del combinado africano: el seleccionador, Bruce Mwape, fue acusado por varias jugadoras de conductas sexuales y la federación no se ha implicado como entienden ellas que debería haberlo hecho. Además, se han producido protestas por impagos y las más activas (Grace Chanda, del Madrid CFF; y Hazel Nali, portera titular) no están en Oceanía por supuestos problemas físicos que se han llegado a poner en duda por falta de pruebas.
La situación, sin embargo, empeoró todavía más el pasado sábado, cuando debutaron frente a Japón con una dolorosa goleada en contra (0-5). Aparte del golpe anímico por este desastroso arranque, Catherine Musonda fue expulsada tras ver dos tarjetas amarillas y, por tanto, no estará disponible. Así, será Eunice Sakala, tercera en la rotación, la que defenderá los palos ante una de las grandes potencias del viejo continente, que intentará aprovechar esta bélica coyuntura para sumar tres puntos.
Todos estos elementos pueden generar un exceso de confianza contraproducente, aunque el propio Vilda -junto a varias futbolistas- se ha encargado de avisar sobre las virtudes de una selección con una mochila cargada de problemas y disputas. "Se juegan estar en octavos porque tienen cero puntos y es un todo o nada para ellas. Me espero un rival muy peligroso que se va a defender bien y que va a intentarlo a la contra. No va a ser fácil", apuntó el técnico ante los medios de comunicación.
Así llega España
Pendientes de si Alexia Putellas será de la partida este miércoles (apenas jugó un cuarto de hora ante Costa Rica), el combinado nacional encara este reto con ganas de asegurar la clasificación por la vía rápida. El triunfo del viernes fue rotundo y dejó pocas dudas, si bien es cierto que el ritmo bajó en la segunda mitad y hubo menos brillo del que podía esperarse tras un primer tiempo a gran nivel. Jenni Hermoso, que no rindió como acostumbra, falló una pena máxima.
Fueron demasiadas las ocasiones desaprovechadas y escasos los disparos desde fuera del área, unos aspectos a corregir que pueden interpretarse como deberes para estos próximos exámenes. Respecto al once, es probable que una de las novedades sea Irene Guerrero, aunque reinará la continuidad en el bloque porque funcionó bien y la idea pasa por minimizar la posibilidad de que se dé un resultado indeseado. Por supuesto, Alexia tiene las puertas abiertas y, en parte, dependerá de sus sensaciones.
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