Sarina Wiegman quería mantenerse como la única seleccionadora con opciones de conquistar el Mundial femenino y, pese a las múltiples ausencias de Inglaterra, tenía herramientas para lograr un billete que bien valía estar en semifinales. Baja importante la de Lauren James, condenada por un pecado de juventud y descartada también para el siguiente encuentro. Enfrente, al otro lado del campo, la atrevida y descarada Colombia, que parecía jugar en Bogotá o Medellín.
Las sudamericanas ya habían hecho historia con su presencia en cuartos, pero querían más en la novena edición del Mundial femenino. Como acostumbran, más si cabe ante un rival aparentemente superior, ofrecieron un fútbol más vertical y menos controlador. Esa responsabilidad quedó para el equipo de blanco, amenazante desde el principio con una triple ocasión que tendría que haber sido anulada por posición antirreglamentaria de Alessia Russo, una de las más activas.
Un 'Santo' llamado Leicy
Se lesionó Carolina Arias en los compases iniciales y, entre lágrimas, dejó su puesto a Ana Guzman, asistente de Catalina Usme frente a Jamaica. Hubo que esperar un cuarto de hora para ver la primera genialidad de Linda Caicedo, que dejó tumbada en el césped a su marca y no estuvo fina en la toma de decisiones. Entretanto, Rachel Daly enlazaba dos oportunidades consecutivas: probó fortuna con un cabezazo y repitió más adelante, desde la frontal, por medio de un buen disparo lejano.
Otra nueva aparición de la atacante del Real Madrid generó cierta inquietud entre las vigentes campeonas de Europa. Recibió un balón muerto dentro del área y bailó en su jardín con algunos regates de pura calidad que dieron lugar a un remate algo flojo que se estrelló en la zaga. No fue ella sino Leicy Santos quien, para júbilo de la mayor parte de los aficionados, abrió el marcador en el 44' gracias a un espectacular golpeo, en una idea imposible de vaticinar, que sorprendió a Mary Earps.
De la alegría a la decepción
Reaccionaron las que, a efectos oficiales, actuaban como locales. Sin mucho margen para igualar antes del descanso, buscaron centros cercanos a la portería defendida por Catalina Pérez. Y en una de esas, aprovechando la debilidad de la zaga, Lauren Hemp agradeció un regalo incomprensible de la guardameta, con manos de mantequilla que no pudieron atrapar el esférico cuando el pitido de la colegiada estaba muy cercano en el tiempo. Un gol psicológico.
Esta situación dio alas a la escuadra comandada por Wiegman, que recuperó la tranquilidad pero no se conformó con ese 1-1 que, como mínimo, forzaba la prórroga. Ambas impusieron mucho ritmo al comienzo del segundo acto, pero una nueva demostración de falta de contundencia, esta vez por parte de Daniela Arias, hizo que Russo diera forma a la remontada gracias, también, a un soberbio servicio de Georgia Stanway. La guardameta Pérez, con problemas de visión, tuvo que ser reemplazada.
Las europeas habían hecho lo más difícil y dieron un paso atrás debido a las embestidas de las cafeteras. Bedoya Durango amenazó desde lejos y Mayra Ramírez desaprovechaba una gran situación dentro del área. El público, con ganas de media hora extra, aupó a las suyas sin éxito. Nelson Abadía y sus pupilas se marchan con la cabeza bien alta y conscientes de que el desenlace hubiese sido radicalmente opuesto en una actuación sin tantos errores impropios de la élite.
Jugadora Flashscore del partido: Alessia Russo.
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