Por aquello del Fair Play Financiero, el PSG ha tenido que buscar una fórmula para burlarlo y no meterse en problemas con la UEFA.
La solución ha sido la que ya en su día utilizó con el fichaje de Mbappé, procedente del Mónaco, el mismo verano en el que se gastó 222 millones de euros en pagar la cláusula de Neymar al Barcelona.
Es decir, Gonçalo Ramos llega como cedido esta primera campaña en la que vestirá los colores del PSG. Y a partir del curso 24/25 está obligado a quedárselo en propiedad y abonar 65 millones de euros fijos al Benfica.
Además, el conjunto lisboeta podría recibir otros 15 millones más en variables.
El París Saint Germain ha utilizado a un exjugador luso, otro delantero centro, Pauleta, para darle la bienvenida a su nuevo jugador.