Dos lugares, dos historias diferentes. El jueves por la noche, el número 30 del París Saint-Germain fue recibido como un semidiós por el público del Monumental de Buenos Aires (Argentina) para celebrar el título de campeón del mundo. En París, tras la eliminación contra el Bayern de Múnich y varias informaciones aparecidas en la prensa después de un entrenamiento en el que decidió retirarse antes de tiempo, el argentino fue silbado por el Parque de los Príncipes el pasado fin de semana durante el choque ante el Stade Rennais (derrota por 0-2).

Un suceso que conmovió a Lionel Messi. Al principio era sólo un rumor, luego tomó forma el pasado domingo. Mundo Deportivo desveló en uno de sus artículos, ya borrado, que el jugador de 35 años iba a ser silbado por la afición rojiazul. Al jugador y a su entorno no les hizo ninguna gracia, según informaciones recogidas por Flashscore Francia. La prensa francesa continuó en la misma onda y las redes sociales se mostraron cada vez más alborotadas, hasta el famoso partido contra los bretones en el que el argentino sí fue silbado por el Parc.

Todos estos hechos han provocado el disgusto de Leo, aseguran fuentes cercanas al entorno del argentino. Por ello, en el momento de escribir estas líneas, Messi se está replanteando su futuro en el club capitalino. La época en la que las dos partes estaban cerca y una prolongación en París era la opción número uno parece haber quedado atrás. Curiosamente, la directiva parisina también parece haber cambiado de opinión.

El diario AS ha informado en los últimos días de que el París Saint-Germain ha tomado nota del enfado de sus aficionados y ya no quiere prolongar su contrato, a pesar de su deseo después del Mundial. Se trata de una información que podemos confirmar. Con su marcha, el club afrontaría el próximo mercado con más calma: los parisinos estudian la posibilidad de que una de sus tres estrellas abandone el barco a final de temporada, dado que entre los tres representan casi el 50% de la masa salarial, otro argumento que inclina la balanza hacia una no prolongación en el PSG.

Lionel Messi piensa en el Barcelona

Dado que su futuro está en el limbo parisino, queda la duda de dónde podría recalar el campeón del mundo. Como hemos informado en las últimas semanas, hay dos aspectos importantes en el pensamiento del jugador: estar en plena forma para la Copa América y los deseos y el bienestar de su familia. Celebrada en Estados Unidos entre junio y julio de 2024, el astro argentino quiere llegar a esta competición lo más competitivo posible. Para ello, sabe que debe permanecer una temporada más en Europa, antes de un posible fichaje por la MLS, Arabia Saudí o Argentina. Además, Messi quiere estar en un lugar donde le quieran, le aprecien y se siente bien. Por eso, la opción de quedarse un año más en el PSG parecía la más viable en enero-febrero, después de haber encontrado su sitio en la capital francesa. Sin embargo, con los acontecimientos de los últimos días, la tendencia se ha invertido por completo.

El ex número 10 del Barcelona, descartado desde hace tiempo por las tensas relaciones entre Joan Laporta y su entorno tras su salida del Barça, piensa por fin en un regreso a Cataluña. Según reveló RAC1 el miércoles y confirmamos en este medio, el argentino estaría dispuesto a fichar por el Barcelona la próxima temporada. Desde que las cosas se pusieron tensas en París, el club español cumple todos los requisitos que Messi desea: competitividad y un ambiente sano. La Ciudad Condal es su casa y su familia estaría encantada de volver allí. Además, desde el punto de vista deportivo, el club catalán garantiza que el jugador llegará en las mejores condiciones posibles a la Copa América 2024. Queda encontrar puntos en común con el actual presidente, pero si el jugador quiere volver, el acuerdo se encontrará fácilmente.

A dos meses del desenlace final, la tendencia se ha invertido en poco tiempo. Pero por ahora, Messi sonríe en Argentina, donde él y sus compañeros fueron vitoreados anoche en el Monumental. Contra Panamá, marcó el gol número 800 de su carrera en la victoria por 2-0 de la Albiceleste, antes de reclamar el trofeo que el pueblo argentino lleva esperando desde 1986.