El Málaga abandona el fútbol profesional por primera vez en el presente siglo

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El Málaga desciende y pasa de la Champions a Primera RFEF en una década
El Málaga de Champions queda muy atrás
El Málaga de Champions queda muy atrásProfimedia / LaLiga
Los blanquiazules caen a la competición de bronce del fútbol español y acompañan a tres clubes (Ibiza, Lugo y Ponferradina) que ya estaban descendidos desde antes de que arrancara la jornada.

El Málaga se convierte en nuevo equipo de Primera RFEF, esa categoría que sustituyó a la extinta Segunda División B y que divide la península en dos mitades. Los blanquiazules han tenido tres entrenadores durante la presente temporada y ya se salvaron con mucho sufrimiento meses atrás, cuando apenas lograron 45 puntos, una cantidad insuficiente en la gran mayoría de ocasiones. Es más, aún pueden dejar atrás dicha cifra porque suman 44 y tienen un partido por disputar.

Los andaluces cayeron contra el Deportivo Alavés este sábado (2-1) y firmaron su sentencia. Necesitaban una auténtica carambola que implicaba también a Sporting de Gijón y Sociedad Deportiva Huesca. No ha sido necesario mirar hacia otros estadios para que se produjera esta debacle, una situación que ya conocen los aficionados más veteranos. Los más jóvenes, sin embargo, nunca vieron a su equipo lejos del fútbol profesional y hasta disfrutaron de la máxima competición continental (llegaron a cuartos).

La Champions, un espejismo

Al-Thani llegó y revolucionó tanto el club como la ciudad con una serie de fichajes más propios de un videojuego (Santi Cazorla, Ruud Van Nistelrooy, Joaquín Sánchez, Isco Alarcón, Jérémy Toulalan y otros tantos). Todo era idílico: cuarto puesto en el curso 2011/12, billete asegurado para la previa y portada en las cabeceras nacionales. No había un equipo que estuviera más de moda por aquel entonces, con Manuel Pellegrini como entrenador y líder del atractivo proyecto.

El Málaga disfrutó en Champions
El Málaga disfrutó en ChampionsProfimedia

Por debajo de los triunfos contra Panathinaikos, Anderlecht, Milan u Oporto, en una capa más oculta para el aficionado, había impagos a futbolistas e infracciones a las normas del juego limpio financiero que obliga a cumplir la UEFA, lo que se tradujo en una sanción que impidió participar en la Europa League meses después pese a ganarlo sobre el césped. A partir de entonces se produjo una involución progresiva que llegó a uno de sus puntos álgidos cuando cayeron a LaLiga Smartbank en 2017.

Un descenso inesperado

José Luis Caminero, el entonces principal responsable de la parcela deportiva, consumió casi toda la ayuda al descenso -casi 20 millones de euros- para intentar volver a Primera lo más pronto posible, pero murieron en la liguilla contra el Dépor. Su nefasta gestión, además, provocó un posterior caos económico y una drástica reducción del límite salarial. Los continuos pasos hacia atrás parecían haber finalizado en el verano de 2022... cuando, en realidad, lo peor estaba todavía por llegar.

Algunos fichajes muy ilusionantes -Rubén Castro, Fran Villalba o Rubén Yáñez- provocaron que los aficionados, arrastrados por las declaraciones de varios de ellos, soñaran con el ascenso. Todo se desvaneció muy pronto porque los resultados no llegaron. Pablo Guede fue cesado en septiembre, Pepe Mel mejoró los resultados sin que fuese suficiente y Sergio Pellicer dio alas para creer en una permanencia que llegó a acercarse contra todo pronóstico y que ya es matemáticamente imposible.

El Málaga, a Primera RFEF
El Málaga, a Primera RFEFFlashscore

Hay que retroceder hasta el siglo pasado (1997/98) para encontrar al cuadro costasoleño fuera de las dos principales divisiones. José María Movilla, Luis Merino, Miguel Ángel Roteta, Sandro Sierra o el propio Guede -ídolo malaguista con tres goles claves frente al Terrassa- eran algunos de los futbolistas que integraban aquella plantilla tan recordada. De aquellos héroes, estos villanos. La situación es ahora a la inversa, con unos jugadores (en su mayoría) odiados y un regreso a los infiernos.

Inestabilidad en la propiedad

En 2020, el jeque catarí y su familia fueron apartados de la entidad por solicitar créditos y préstamos con valor de 5,4 millones de euros que no fueron devueltos. La jueza que llevaba el caso consideró oportuno nombrar un administrador judicial, José María Muñoz, que aún sigue al mando y no hay fecha estimada para que deje de llevar las finanzas en Martiricos. La situación a nivel económico, después de estar en peligro la viabilidad, es ahora sólida, pero en lo deportivo es un drama y afectará a las cuentas.

Una de las decisiones más radicales que Muñoz ha tenido que tomar en los últimos tiempos es la de llevar a cabo un ERE en 2020: unos 40 trabajadores se marcharon al paro y ocho futbolistas estuvieron entre los afectados (Juanpi Añor, Renato Santos, Esteban Rolón, Luis Hernández, Emanuel Cecchini, Dani Pacheco, Badr Boulahroud y Diego González). Situación muy poco común que fue necesaria para, ya en LaLiga Smartbank, reducir la partida de gastos y poder sobrevivir... aunque de forma muy precaria.

José María Muñoz, administrador judicial del Málaga
José María Muñoz, administrador judicial del MálagaMálaga CF

Entre las limitaciones que ha tenido el Málaga, una sanción sin poder incorporar jugadores (apenas duró un mes y, por tanto, tuvo menos consecuencias de lo que podía imaginarse en un principio) y la imposibilidad de superar las 18 fichas profesionales durante la 2020/21. También con Pellicer al frente, los blanquiazules se mantuvieron en Segunda con bastante holgura pese a tener muchas dificultades y estar atados de pies y manos, con serios problemas en ocasiones para evitar la alineación indebida.

La inestabilidad en la propiedad se refleja también en el hecho de que aún no se haya nombrado un director deportivo desde el adiós de Manolo Gaspar, uno de los grandes señalados por la grada. Fue el encargado de confeccionar la plantilla y despidió a cuatro entrenadores (José Alberto López, Natxo González, Pablo Guede y Pepe Mel) en un año (enero 2022-2023). La llegada de Kike Pérez en febrero, un cargo que no existía hasta que aterrizó en La Rosaleda, viene a paliar esa falta de liderazgo.