46 segundos. El tiempo que los vitorianos, con un centro de Luis Rioja y un remate de Abde Rebbach, tardaron en perforar la meta de Luca Zidane. Mendizorroza vibraba, aunque quedaba mucho por delante. 

Sin embargo, el Eibar lo intentó todo. Con posesión, con tiros lejanos. No había por dónde meterle mano al engranaje defensivo que, con el 1-0 a favor, aún reforzaron más los locales. Sólo estuvo realmente cerca Rober Correa, pero su disparo al filo del descanso lo repelió Sivera.

El portero del Alavés, excampeón de Europa sub21, tuvo más trabajo en la segunda mitad. Los tolosarras necesitaban marcar y Stoichkov estuvo a punto de lograrlo. Pero de nuevo se encontró con el meta con unos reflejos antológicos. 

El Eibar, sin puntería

A partir de ahí, mismo libreto de Luis García Plaza, que no quería que sus pupilos arriesgasen lo más mínimo. Toda su ofensiva la dejaban a la velocidad de Sylla. Conforme pasaban los minutos, crecía la impotencia en el Eibar. Necesitaban un gol, pero por una u otra razón no había forma de hacerlo. 

Lo tuvo en sus botas Corpas, pero se durmió ante Sivera. Esa oportunidad hizo temblar a los babazorros y el encuentro entró en un correcalles que beneficiaba al que iba por detrás. O no. Porque cuando peor pintaban las cosas y más apretaban los armeros, apareció Villalibre para, en una contra y con la zurda, batir a Zidane de tiro cruzado y sentenciar la eliminatoria. 

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