Un derbi siempre es un partido en el que las espadas están en todo lo alto. No importa la dinámica con la que llegue cada equipo ni los jugadores que estén sobre el terreno de juego. La mística de un choque entre dos equipos de la misma ciudad iguala las fuerzas hasta el punto de traer más sorpresas de las que cabría esperar en base a la lógica.
Sin embargo, en la cita que tenga como protagonistas a Espanyol y Barça con motivo de la Jornada 34 de LaLiga ambos tendrán que mantenerse más atentos que nunca a la clasificación, sobre todo desde el lado perico, donde lidian con los puestos de descenso y no pueden permitirse ningún error.
En la otra cara de la moneda está el cuadro azulgrana. Los hombres dirigidos por Xavi Hernández (43) certificarían su título liguero con el triunfo. De hecho, podrían ser campeones si Real Madrid y Atlético, que juegan antes, no ganan sus respectivos partidos.
Ese último podría ser el panorama que más le guste al Espanyol. Recibir a un Barça sin la obligación de ganar y que pueda tener cierto punto de relajación por saberse campeón sin necesitar los tres puntos en el RCDE Stadium.
Venganza por el Tamudazo
Por otro lado, el conjunto culé tiene la oportunidad de hundir un poco más en el pozo a sus vecinos. Los blanquiazules ocupan la 19ª posición en la tabla y tienen la salvación a tres puntos de distancia con 15 por jugar. Caer en el derbi podría sentenciarles a la Segunda División casi definitivamente en función de los resultados que cosechen los de arriba.
Por si fuese poco, a ese aliciente de abocarles al infierno hay que agregarle la sed de venganza por el ‘Tamudazo’ del 9 de junio de 2007, cuando los pericos privaron al Barça de ganar la liga con un gol en el último minuto y se la dejaron en bandeja al Real Madrid.
Cornellá vivirá un duelo de contrastes en el que podrían ver cómo su máximo rival sale triunfal de su estadio mientras los suyos se alejan un poco más de Primera. La distancia entre el cielo y el infierno es de 90 minutos, ¿quién de los dos la recorrerá primero?