La Comisión de Antiviolencia identificó días atrás a los presuntos autores del hecho que acaparó todos los focos horas antes de que ambos conjuntos se enfrentaran en los cuartos de final. Aquel muñeco de Vinicius Júnior (22) que apareció colgado de un puente hizo que el fútbol quedara en un segundo plano pese a que, sin lugar a dudas, se trataba de uno de los encuentros más atractivos e interesantes, con una plaza para semifinales en juego, que presenta el deporte rey en España.
El Atlético de Madrid recalca que hubo más personas detrás de este acto (cuatro fueron detenidos) y destaca que "tres de ellos" pertenecen a la Grada de Animación, de la cual ya no forman parte -será definitivo cuando la justicia resuelva en esa dirección- como respuesta a la normativa interna, que habla de "faltas muy graves" porque suponen "un deterioro de la imagen, prestigio y consideración social" del club, que repudia "cualquier forma de violencia verbal o física y a todo acto racista, xenófobo o intolerante".
"Nuestra condena rotunda y sin paliativos ante cualquier acto que ataque la dignidad de personas o instituciones y nuestro compromiso para luchar y erradicar todo tipo de violencia en el deporte. Como siempre hemos manifestado, nuestro club se ha caracterizado en sus 120 años de historia por ser un espacio abierto e integrador y no permitiremos que la actitud de unos pocos manche la imagen de miles y miles de aficionados atléticos que apoyan a su equipo con pasión y respeto al rival", añaden.
"Asimismo, animamos a las autoridades a investigar y resolver otras actitudes violentas y hechos relacionados con delitos de odio que se han producido esta temporada en nuestro país. Éste no es el fútbol que queremos y es responsabilidad de todos evitarlo", concluye el cuadro rojiblanco en su comunicado, con un último mensaje lleno de significado.