El amarillo era el color protagonista en el Villarreal-Las Palmas, el duelo que abría el domingo 8 de octubre en LaLiga EA Sports. José Rojo Pacheta afrontaba un nuevo examen, frente al peor visitante de la categoría, y apostaba por hacerse con la posesión del balón a través de un futbolista que es ideal para ello: Manu Trigueros. El público de La Cerámica, ya fuese de una forma o de otra, sólo quería celebrar una victoria para así poner fin a la racha de tres encuentros sin ganar en el torneo doméstico.
Por sus orígenes, era un partido especial para Yéremi Pino, el encargado de rematar por primera vez a puerta tras una arrancada de Alexander Sörloth por la izquierda. El internacional español fue el gran nombre propio en los 45 minutos iniciales por un buen puñado de motivos: desde la capacidad que tuvo para generar peligro y el enfado que le generó el hecho de que no le señalaran un penalti que reclamó hasta la tarjeta amarilla que recibió en la falta del gol de Saúl Coco en la última acción antes del descanso. Aparentemente dolorido, se fue del campo y dejó a los suyos en inferioridad numérica.
Daba igual que hubiera diez u once futbolistas sobre el terreno de juego porque el potente disparo del defensor de Guinea Ecuatorial podía superar a cinco pívots de la NBA. Su espectacular libre directo (el balón apenas giró y llevó un efecto endiablado) silenció La Cerámica, quizás incluso le quitó el apetito a más de uno, y no encontró respuesta por parte del inmóvil Filip Jörgensen, que ya se había llevado un buen susto al comienzo por un bote que pasó por encima de sus manos.
Manotazo al Villarreal
Los anfitriones trataron de vivir en territorio rival con una zaga muy adelantada, circunstancia que intentó aprovechar el combinado dirigido por García Pimienta. Más allá de algún acercamiento puntual, como uno de Enzo Loiodice recién superado el cuarto de hora, la mayoría de acercamientos tuvieron sello local. Tanto Álex Suárez como el citado Coco fueron determinantes para salvar el 1-0 al menos dos veces, una vez con Sorloth pecando de generosidad y luego con Pino como rematador tras una internada de Alfonso Pedraza. También el toledano Trigueros pudo cambiar el guion del envite.
Con la necesidad y el objetivo de remontar, cualquier plan se vino abajo debido a una mano de Aïssa Mandi en una jugada que, recién inaugurado el segundo acto, no parecía entrañar demasiado peligro. Tras acudir al monitor y pese a las incesantes protestas del central argelino, Alejandro Muñiz Ruiz decidió castigar la pena máxima. Marc Cardona, con saltito y pausa previa, engañó al guardameta y estableció el 0-2. Excesiva condena para unos y demasiado premio para otros.
Un chispazo de ilusión
El noruego con pasado en la Real Sociedad se encargó de seguir intentándolo, con más o menos fortuna, y se convirtió en el principal motivo para pensar que los puntos, a lo mejor, no salían de la península. Suya fue la asistencia a José Luis Morales en un tanto que, al contrario del que marcó Gerard Moreno allá por el 91' tras un reverso sobresaliente y un disparo todavía mejor, finalmente fue anulado por posición antirreglamentaria. Además, se calentó el duelo por momentos (amarillas casi consecutivas para Dani Parejo, Marvin Park y Kirian Rodríguez) cuando todavía había una doble brecha en el marcador.
El árbitro dictó que no iba a señalar el final hasta el 101' y esa era una mala noticia para el cuadro insular. Jonathan Viera, en dos ocasiones, tuvo en sus botas el de la sentencia, pero se salvaron los groguets antes y después de la genialidad de Moreno. Preparados para soportar el inminente asedio, los pío-pío se encerraron en su jaula a la fuerza, presionados por Ilias Akhomach y compañía, hasta que Muñiz Ruiz hizo sonar su silbato y pudieron volar de forma libre... y especialmente contentos.
Jugador Flashscore del partido: Saúl Coco.
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