La conexión Mbappé-Madrid ha causado estragos en un Barcelona sorprendido de arriba a abajo. Los culés, que daban el mercado por cerrado (aunque Xavi insiste en más fichajes, Laporta obedece a una política austera por culpa del fair play financiero), se enfrentan a un nuevo descalabro ocasionado por el PSG, equipo que en 2017 se llevó a Neymar por 222 millones de euros, el traspaso más caro en la historia del fútbol y en el 2021 a Lionel Messi.
Ousmane Dembélé, precisamente, aterrizó de emergencia en la Ciudad Condal: su función no era otra más que sustituir a Neymar. Durante sus primeras temporadas, fue criticado. Jugó poco. Las lesiones le impidieron exponer su potencia, velocidad y desequilibrio. En 2018, se coronó como campeón del mundo. En 2021, tras la pandemia y la marcha de Messi, su rol en el equipo cambió y, en la temporada pasada, fue fundamental en la carrera por LaLiga, que terminó en manos del Barça luego de casi cuatro años de espera.
El francés es importante para el dibujo de Xavi. El sábado, de hecho, marcó un golazo en el Clásico de Dallas, confirmando, de esa manera, su gran estado de forma. Mientras que la directiva y el cuerpo técnico intentan seducirle, Dembélé se aleja cada vez más de Barcelona. El club, en ese contexto, piensa en un sustituto que llene el vacío dejado por el antiguo jugador del Borussia Dortmund.
Las opciones del Barça
Las opciones tácticas del Barça para sustituir a Dembélé pasan por tres ideas: la primera es Ansu Fati. La joven promesa nunca ha terminado de consolidarse en el once de Xavi. El atacante, de hecho, sonó para dejar el club este verano pero, al parecer, ningún club ha sentido la confianza necesaria para pagar los 50 millones que solicita el conjunto catalán por su marcha.
La segunda alternativa es modificar el mediocampo: subir a Pedri o a Gavi al ataque (como ya ha ocurrido en algunos partidos) y apostar por Gündogan, Romeu y De Jong en la línea de volantes. Kessié tendría un rol importante en ese sistema ya que los centrocampistas necesitarían más rotación.
La tercera vía pasa por Ferran Torres. El antiguo jugador del Manchester City y del Valencia es un complemento atractivo para Xavi. Transferible desde el inicio del mercado, no ha recibido ofertas, al igual que Fati y está loco por demostrarle al cuerpo técnico sus capacidades.
En la actualidad, Raphinha y Lewandowski parecen tener su espacio ganado en el once inicial. La marcha de Dembélé, no obstante, modifica el dibujo planeado por el cuerpo técnico en la pretemporada. Acudir al mercado con los más de 50 millones recibidos por el francés es una alternativa poco viable: el Barça debe reducir gastos para evitar más problemas con el fair play financiero.