Como las cosas no son como se empiezan sino como se acaban, el Madrid terminó perdiendo la pasada campaña el título de LaLiga por una excesiva relajación después del Mundial.
Le pasó factura a muchos jugadores el desgaste en Catar y el equipo lo terminó pagando muy caro, dimitiendo meses antes del final del torneo en beneficio de un Barça con más empuje e ilusión. Ganar la Copa del Rey no fue consuelo.
Ahora es tiempo de reválida, sobre todo para un Carlo Ancelotti que, a pesar de la mala imagen de los últimos meses, y de no lograr el título de la Liga de Campeones, se quedó como líder de un proyecto que ha perdido por el camino a su mejor estilete, un Benzema que se marchó al olor de los petrodólares de Arabia Saudí.
También se ha dejado ir a Marco Asensio, que ha acabado en el PSG. Sin ser titular, el balear siempre dejaba su impronta de crack con goles y detalles que ya no podrá disfrutar el madridismo.
Un mercado con Bellingham y viejos conocidos
A la espera de lo que suceda con Mbappé, si es que termina sucediendo algo, el Real Madrid tiene cerrada la puerta de entrada.
Los 103 millones de euros pagados por Bellingham suponen la mayor inversión en años del club blanco. Tanta que ha llegado con el cartel de titular indiscutible. De ahí que, por sus características, el técnico se haya visto obligado a cambiar el dibujo táctico para hacerle un hueco, recuperando la posición de mediapunta.
Ahí también querría jugar Brahim, que ha dejado Milán tras tres años para intentar triunfar en el Bernabéu en su segunda etapa. Lo tiene difícil el malagueño, al menos por lo visto en pretemporada, donde Ancelotti le ha dado muy pocos minutos.
Más protagonismo parece que tendrán Fran García y Joselu. El primero, entre su calidad y despliegue, y las lesiones y pasotismo habitual de Mendy, jugará mucho. El segundo, ariete nato, será utilizado como revulsivo cuando se necesite un rematador y poner balones a la olla.
Veteranos (Kroos, Modric) y noveles (Güler)
Dice el himno del Real Madrid aquello de "veteranos y noveles". Y en la plantilla hay de todo. Por ejemplo, la quinta incorporación del equipo ha sido la de Arda Güler, una oportunidad de mercado. No estaba en el plan ficharlo ya, pero o se hacía o se le perdía. Una lesión muscular ha evitado su debut, pero en los entrenamientos ha dejado destellos de clase mundial. Habrá que ver si en los partidos es capaz de repetirlos.
En los que hay 100 % de confianza es en Kroos y Modric. Sí, el relevo con Camavinga, Tchouaméni y Valverde, incluso con Ceballos, está garantizado. Pero alemán y croata han renovado para seguir jugando, no para ver los encuentros desde el banquillo. De las lecciones que aún puedan ofrecer sobre el césped dependerán muy mucho los éxitos blancos este curso.
El nuevo sistema
Como decíamos, la llegada de Bellingham y la salida de Benzema cambiarán el dibujo del Madrid. La idea es jugar con un clásico 4-4-2 en rombo, dejando a Vinicius y a Rodrygo como referentes ofensivos. Habrá que ver cómo les sienta, especialmente en el caso de Vini, el nuevo 7, alejarse de la banda izquierda, su hábitat natural.
De momento, el sistema no termina de convencer. Ofensivamente se genera más, pero andan los delanteros peleados con los postes y largueros. Lo peor es en defensa, donde se suceden y acumulan errores más que evitables, y donde preocupa el nivel de Carvajal y Alaba, que ya bajaron muchos enteros la pasada campaña.
Puntos fuertes
Si tienes a Vinicius, tienes a uno de los mejores futbolistas del mundo en la actualidad. Y eso es mucho. Cuando lo acompañas de otro como él, con menos ruído mediático a su alrededor, pero incluso con más gol, sólo pueden pasar cosas buenas. Eso es lo mejor que tiene hoy en día el Real Madrid.
Puntos débiles
Disponer del mejor portero, o uno de los mejores, del mundo no te garantiza que vayas a dejar a cero tu meta. Necesitas defensas comprometidos, concentrados y focalizados en su rol. A día de hoy, Ancelotti tiene un problema porque necesita que, además de los antes citados Alaba y Carvajal, los Militao, Rudiger, Nacho y Mendy den un paso adelante. Si no lo hacen, problemón de los gordos a la vista, como se ha apreciado en la gira por Estados Unidos.
