Muchos podrían pensar al principio de la temporada que Girona y Almería iban a compartir un mismo objetivo durante la temporada, pero la realidad es que llegaron a la cita de este domingo con 19 puntos de diferencia y es utópico pensar en que vayan a llegar al mes de mayo cerca en la clasificación. Mientras unos viven un auténtico sueño y pelean por el liderato gracias a un director de orquesta que se hace llamar Míchel Sánchez, otros persiguen aún la primera victoria de una temporada que tiene tintes de ser una pesadilla y en la que ya saben lo que es cambiar de entrenador. 

Sin Vicente Moreno y con Gaizka Garitano, la primera gran modificación estaba sobre la portería: Luis Maximiano se quedó en el banquillo y Fernando Martínez fue la principal novedad en el debut del técnico vasco. El murciano intentó darle la razón con alguna intervención de mérito, sobre todo a disparos desde fuera del área. Tanto Yangel Herrera como Aleix García, en jugada y a balón parado, probaron al meta en su regreso a la titularidad. También se convirtió en testigo directo de las dificultades que tuvo su equipo en los córneres y en las faltas laterales. Cuando el cuero estaba en el aire, la zaga temblaba como un flan.

Seis goles se llevó el conjunto andaluz en su última visita a Montilivi, un guion que se antojaba casi más probable que una victoria visitante. La lógica se desvaneció muy pronto, no como el verano, en una acción desafortunada para los anfitriones. No se había llegado al segundo minuto cuando Leo Baptistao se infiltró en el área sin ser visto y probó con un centrochut que Paulo Gazzaniga se introdujo en su propia portería. La falta de intensidad condenó a un plantel que respondió poco después por medio de Iván Martín, cuyo tanto fue anulado por posición antirreglamentaria.

Remontada de (co)líder

Si el 0-1 era ya una sorpresa, el segundo rompió todos los esquemas. Una fantástica conducción de Adrián Embarba, que aprovechó una pérdida, permitió que Baptistao, muy activo este domingo, la empujara a la red después de que Gazzaniga dejara el cuero en tierra de nadie. Se desesperaba Míchel por la fragilidad de los suyos en defensa y por el adverso marcador, cuanto menos inesperado y sólo visto frente al Madrid en la octava jornada de la competición.

Con todo por decidir, Martín se encargó de demostrar que este club va muy en serio en el curso 2023/24. Había un contrario tendido en el césped por un ligero golpe cuando recibió una asistencia magistral de Aleix y la colocó al palo largo para recortar distancias. Y unos instantes más tarde, todavía en pleno éxtasis, Artem Dovbyk conectó con Daley Blind casi como si fueran hermanos e igualó la cita poco antes de que el ariete ucraniano se apuntara su particular doblete mediante una acción en la que no necesitó a nadie para construir el 3-2. Golpetazo en la cara para una plantilla que sigue en busca de alegrías.

Girona y Almería, en ligas diferentes

Pese a que ya habían hecho lo más complicado y algo más de la mitad de los deberes, los locales llevaron la iniciativa tras el paso por vestuarios. Consiguieron alejar a los atacantes rivales con bastante éxito y, de hecho, no había mucho donde agarrarse para pensar en que pudiera llegar el empate. Así se reflejaba sobre el césped. Sin embargo, la mínima ventaja provocaba que el encuentro estuviese todavía abierto y, además, el guardameta argentino había ofrecido algunas dudas. 

Cualquier temor desapareció gracias a una nueva asistencia del centrocampista con pasado en Eibar y Manchester City, que se la puso con música a Sávio Moreira, una de las sensaciones de la presente campaña. Una espectacular arrancada por la banda derecha, con un cambio de ritmo soberbio, fue suficiente para plantarse en el área y superar a un portero al que le faltó determinación a la hora de rechazar el tiro. Ya en los compases finales, con más espacios de la cuenta, Cristian Stuani se encargó de certificar el triunfo a pase de Arnau Martínez, otro de los jugadores que había entrado en la segunda mitad.

Jugador Flashscore del partido: Artem Dovbyk.

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