Se fue Diego Alonso de Nervión sin conocer la victoria ni en Liga ni en Europa. Sólo sumó dos en la Copa del Rey ante rivales no profesionales. Parecía difícil hacer peores números que los del técnico uruguayo. Pero no era imposible. 

Su sustituto, Quique (58), comenzó con una victoria que tranquilizó a todo el sevillismo. Lo que no había conseguido en dos meses Alonso, lo hizo el madrileño a las primeras de cambio. Pero ahí se quedó su reacción. Los siguientes cuatro partidos en LaLiga los cuenta por derrotas. Ha sumado sólo tres de 15 puntos posibles en sus primeros cinco encuentros ligueros por los cuatro (todos en empates) de 15 con el charrúa en el banquillo. 

Tras ganar 0-3 al Granada en su debut, el Sevilla de Sánchez Flores ha perdido ante el Atlético de Madrid (1-0), Athletic de Bilbao (0-2), Alavés (2-3) y Girona (5-1). Sólo ha cosechado una victoria más, en Copa, ante un Segunda división, el Racing de Ferrol. 

Si lo que se busca con la llegada de un nuevo entrenador es un revulsivo, un empuje, a los andaluces les ha salido el tiro por la culata. Sólo se pueden consolar con la Copa, en la que se enfrentarán en cuartos de final al Atlético en el Metropolitano. Pero en Liga, aunque aún fuera de la zona roja, la situación se ha tornado en muy peligrosa.