La situación de Jonathan Viera en el equipo cambió de la noche a la mañana. De ser un futbolista indiscutible, apreciado y elogiado por García Pimienta, tanto como titular como entrando desde el banquillo, pasó al cajón de los olvidos.

Fue en el mes de octubre cuando todo saltó por los aires. El capitán, de repente, dejó de entrar en las convocatorias sin tener ninguna dolencia física. Y cuando se le preguntaba al técnico la razón, su respuesta abría más la intriga. "No voy a hablar de Jonathan Viera", insistió una y otra vez. 

El jugador sí lo hará, o al menos eso se espera, este martes en una rueda de prensa de despedida. Detrás de todo está claro que su adiós viene motivado por una disputa con el entrenador, una disparidad de criterios y una suplencia cada vez más presente que no terminó de llenar al veterano futbolista. 

Sea lo que sea, se marcha un icono de los pío pío. Alguien que ha disputado 265 partidos de amarillo -el último, el ocho de octubre- en los que ha marcado 75 goles -sexto máximo goleador de la historia-.