El envite estuvo marcado por el llamado penalty-gate, muy comentado por la prensa belga. El club de Genk montó en cólera tras la polémica suscitada debido a una pena máxima fallada por Bryan Heynen en el minuto 23. Tras el partido, el cuadro flamenco presentó una queja ante el departamento de arbitraje profesional (PRD).

"En el partido del sábado contra el Anderlecht, el equipo arbitral tomó una decisión errónea (...) Según el reglamento, este penalti debería haberse repetido", declaró entonces el subcampeón belga.

Kasper Schmeichel detuvo el intento de Heynen, pero el balón le cayó a Sor, que marcó. A continuación se produjo una intervención de VAR.

El tanto fue anulado porque el jugador visitante había entrado en el área más rápido de lo debido, pero las imágenes mostraron que un defensa también lo había hecho, y el reglamento establece que cuando futbolistas de ambos equipos acceden demasiado rápido, el lanzamiento debe repetirse. El colegiado, en cambio, concedió un tiro libre a favor de los locales.

Un desenlace inesperado

Después de que el PRD dictaminara que el partido no debía repetirse, la entidad presentó un doble recurso, esta vez ante la Federación Belga de Fútbol y ante el Tribunal Belga de Arbitraje Deportivo (CBAS).

Para sorpresa de todos, la Comisión Disciplinaria ha decidido que el choque "debe repetirse".

"De este modo, anuló la decisión del departamento de arbitraje profesional de no repetir el partido. La Comisión siguió el argumento del KRC Genk de que los árbitros habían aplicado incorrectamente el reglamento durante la fase de penalti. El Genkespera que se encuentre pronto una fecha para volvera jugar el partido", dicen mediante un comunicado.