"En los últimos seis años, el 'Clásico' ha estado interrumpido en cuatro ocasiones", explicaron Anderlecht y Standard de Lieja, a menudo objeto de sanciones. La mitad de esos envites no se reanudaron.

El jueves, en los octavos de la Copa entre ambos equipos, el duelo estuvo interrumpido y los aficionados provocaron destrozos, arrancaron asientos y lanzaron bengalas.

"Lo que debería ser uno de los grandes momentos del fútbol belga es, a menudo, una desilusión para los aficionados del deporte en los últimos años", subrayaron los dos clubes, conscientes de "penalizar a aficionados que tienen las mejores intenciones".

"A pesar de las medidas de seguridad elaboradas, el Clásico se ha saldado con violentos enfrentamientos e importantes daños materiales", reconocieron ambos. "La violencia no tiene lugar ni dentro ni fuera de un estadio de fútbol", insisten.

Debido a los incidentes del jueves, la Federación Belga (RBFA) estudia castigar a los de Bruselas y a los de Lieja, que podrían ser obligados a jugar a puerta cerrada.