El Sevilla agiganta su leyenda europea y logra la Séptima en la tanda de penaltis

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El Sevilla agiganta su leyenda europea y logra la Séptima en la tanda de penaltis
El Sevilla ganó en los penaltis en un partido que duró más de tres horas.
El Sevilla ganó en los penaltis en un partido que duró más de tres horas.
AFP
Es la Europa League del Sevilla, sí, del equipo que nunca falla en las finales, el que no perdona cuando hay una copa en juego, el que no se rinde cuando va por debajo en el marcador pero también la de un hombre humilde. Es la Copa de Mendilibar. Un tipo modesto, curtido en el barro, en el fútbol sencillo, que llegó como un parche y resucitó a un equipo moribundo para cargarse a dos colosos (United y Juve) y rematar, en la final, una obra de arte desde el banquillo. El Sevilla tiene otro título y un entrenador de categoría internacional.

Los 12.000 sevillistas que viajaron a Budapest se sentían invencibles. La historia estaba de su lado. Seis finales y seis victorias han creado y agigantado un mito que asusta en Europa. La leyenda que nació en Eindhoven en 2006, quitando las telarañas de las vitrinas del Sánchez Pizjuán, ha ido extendiéndose por todo el viejo continente. Enfrente tenían a Mourinho, el estratega que tampoco había perdido ninguna final europea de las cinco que había protagonizado. Uno de los dos vería truncada su racha. Sólo podía quedar uno en pie.   

Mendilibar (62) y Mourinho (60), dos viejos zorros, se abrazaron antes de la batalla. El reconocimiento era mutuo. Agarrado a Dybala, que habría jugado con una pierna al hombro, el portugués se sentía más seguro. El talento del argentino es de los que marcan diferencias y en las finales no se puede prescindir de alguien tan bueno aunque no esté al 100%. 

Dybala marcó el primer gol del partido
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La Roma golpeó primero con un chut de Spinazzola, carrilero zurdo de gran recorrido, al que respondió bien Bono. El Sevilla sabe afrontar estos partidos y no se inquietó. La experiencia sirve para algo. Los dos equipos pugnaban por dominar el encuentro. En una final, el primer mandamiento al comienzo del partido es conservar más que arriesgar y evitar los errores a toda costa. En ese cometido se afanaban ambos aspirantes. 

Bryan Gil revoloteaba por el centro del campo intentando cazar algún balón entre la organizada maraña romanista porque a la banda no le llegaban. Navas hizo una incursión por su carril derecho buscando la cabeza de “Air” En-Nesyri pero el marroquí no llegó. A los hispalenses les costaba mucho acercarse a la portería de Rui Patricio

Mancini logró el empate para el Sevilla con un autogol.
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A la media hora un escalofrío recorrió el cuerpo del sevillismo cuando Gudelj despejó un balón en el área y Abraham cayó al suelo. El VAR lo revisó y no encontró nada punible. Alivio. Duró poco. En el 35 llegó el mazazo. Rakitic perdió un balón en el centro del campo, Cristante filtró un pase de tiralíneas a Dybala y el talento del argentino hizo el resto. Definición perfecta ante Bono y su equipo por delante.

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Fernando tuvo una semiocasión de cabeza tras saque de corner de Rakitic pero no logró rematar bien. Antes de que Taylor pitase la tregua del descanso el croata le pegó con alma y el balón se estrelló en el palo. El Sevilla enfiló el camino de los vestuarios con la sensación de que podía haber hecho algo más en la primera mitad y con la sensación de poder revertir la situación en el segundo tiempo.  

Matic remató al larguero en el último segundo.
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Al Sevilla le tocaba remar río arriba otra vez y Mendilibar metió arqueros de calidad: Suso y Lamela. El ímpetu y la agresividad eran muy diferentes en el regreso al campo. Pasó de brisa a vendaval. Y no tardó en dar resultado el cambio de actitud. El duelo giró 180 grados. Una internada del eterno Navas, con uno de sus centros envenenados, acabó en la portería de Rui Patricio tras un intento de despeje defectuoso de Mancini, que tenía encima a En-Nesyri. 

La Roma intentaba sacudirse el domino de los españoles y, tras saque de una falta, Abraham remató y Bono sacó su ángel para evitar el segundo de los italianos. Justo después se retiró Dybala. Un problema menos. Y uno más para la Roma porque Suso salió enchufado. Un posible penalti de Ibañez a Ocampos pitado por Anthony Taylor fue rectificado a instancias del VAR. 

Mendilibar ganó la partida a Mourinho
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El fútbol es para listos. Pellegrini sacó una falta cuando los jugadores rivales estaban despistados y el remate de Belotti lo sacó milagrosamente Bono. Otra vez héroe el verdugo de España en el Mundial. Suso, inmenso desde su salida, intentó evitar la prórroga in extremis pero Rui Patricio detuvo su disparo. 

En el tiempo extra las fuerzas menguaban, el miedo a perder aumentaba y las ocasiones escaseaban. Casi todos empezaban a mirar a Bono y a Rui Patricio. Algunos jugadores, como Matic, caían exhaustos.

Ocampos estrenó con gol la tanda de penaltis. Cristante respondió bien. Lamela marcó muy ajustado. A Mancini se la paró Bono con un pie. Rakitic convirtió con tranquilidad y maestría. Ibañez chutó al palo. Montiel marcó y el Sevilla, otra vez, fue el rey de Europa. Una locura. A Mendilibar le llegó la gloria a los 62 años. Pocos lo merecen más que él. 

Jugador Flashscore: Suso

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