Ambos clubes han viajado en masa a la capital de la República Checa y la ciudad les ha dado la bienvenida. Junto al Rudolfinum había trofeos de la competición, en su segunda edición, y se habían habilitado parques separados para los aficionados que no pudieran ver el partido en directo.
El ambiente en el centro de Praga era jovial. Ambos grupos de seguidores se mezclaron y charlaron sobre el choque, sin que se registraran apenas problemas entre dos equipos que persiguen la gloria europea por primera vez en décadas.
A Derek, aficionado del West Ham, se le acercó Gerado, seguidor de la Fiorentina, para hacerle una foto: "Así es el deporte".
Sobre el partido, Derek declaró a Flashscore: "Tenemos que ganar, nos lo merecemos. Hemos sufrido mucho. Tenemos que ganar".
Gerardo añadió: "Nosotros también queremos ganar, pero el ambiente es precioso, sólo esperamos ver un buen partido".
En la plaza, un pequeño balón de plástico cosechó las mayores ovaciones, mientras los aficionados jugaban a las escondidas antes de que un policía checo confiscara la pelota. ¿La réplica de los seguidores del West Ham? "¿Sois el Tottenham disfrazado?".
Este nivel de humor y bromas de carácter amistoso se estaba viendo por toda Praga en un día en el que la ciudad acogía su segunda final europea. La primera fue la Supercopa de 2013, en la que el Chelsea se enfrentó al Bayern de Múnich.
Si los aficionados no se ponen de acuerdo en el resultado, sí podrían hacerlo en el reparto de entradas. En un estadio con capacidad para menos de 20.000 espectadores, sólo se repartieron 5.000 entradas para cada bando, un punto de discordia sentido por los miles de aficionados que han viajado a Praga sin entrada.
Steve, aficionado del West Ham vinculado al club desde hace varias generaciones, se encontraba en Praga con su hija Lauren, en el que es su primer viaje al extranjero para seguir a los Hammers.
Preguntado por su opinión sobre el hecho de que la UEFA organice el partido en el Edén, dijo: "La UEFA es corrupta, si he de ser sincero. Praga es una ciudad preciosa y es una gran oportunidad para el fútbol, pero da la sensación de que el dinero está en el centro y no el fútbol".
Antonio y Francesco de Florencia se hicieron eco de estas opiniones, añadiendo: "Todo va bien, pero creo que la decisión de poner la final en este estadio tan pequeño ha sido increíble, una decisión negativa".
"No se puede celebrar una final de la Copa de Europa en un estadio tan pequeño. En la final, los equipos llegan con un apoyo tan grande. Aquí no vienen equipos de Malta o Albania. El año pasado fue la Roma contra el Feyenoord, son grandes equipos con un gran número de aficionados, y lo mismo ocurre este año".
Andrea e Ian, ambos seguidores del West Ham desde hace mucho tiempo, forman parte de los "afortunados" 10.000 que estarán dentro del estadio para presenciar la primera gran final europea de su equipo desde 1976.
Para ellos, este partido representa una promesa que el club hizo a su afición cuando se trasladó al London Stadium allá por 2016.
Preguntado por ver al club del este de Londres en Europa durante las dos últimas temporadas, Ian explicó: "Esto ha sido un paso adelante, fue lo que nos prometieron y antes no han cumplido".
Nos prometieron un nivel más alto y esto es lo que nos dijeron que íbamos a conseguir".
"Alrededor del estadio de Londres ves carteles que dicen final de copa de 1964, copa de ganadores de copa de 1965, final de copa de 1980 y luego nada. Vas al Arsenal y está por todas partes. 1980, piensas cuánto tiempo ha pasado y eso podría cambiar hoy".
Cuando Flashscore terminó de hablar con Andrea e Ian, aparecieron más cámaras de la cadena británica Sky Sports, y mientras eso sucedía, los aficionados del West Ham encontraron su voz, repasando su repertorio de cánticos mientras el ruido reverberaba en los viejos edificios de la plaza.
También se vio entre la multitud una cara famosa de la Fiorentina. El presidente del club, Rocco Commisso, recorrió las calles adoquinadas y los seguidores de su equipo no tardaron en saludarle, estrecharle la mano y fotografiarse con su dueño, al tiempo que le daban las gracias por una temporada en la que la escuadra Viola ha terminado octava en la Serie A y ha alcanzado la final de la Coppa Italia, además de la cita del miércoles.
Para la Fiorentina, esta final representa la oportunidad de conquistar un título importante en el continente desde principios de la década de 1960, y ambas aficiones sienten el peso de la historia antes de la final.
A pesar de que faltan horas para el saque inicial, los nervios ya se han apoderado de Steve: "Espero que ganemos. En cuartos de final y en semifinales estuvieron extraordinarios, así que si siguen así, será un partido muy reñido, pero creo que podemos ganarlo".
Otro cántico de "Irons, Irons" ilumina a los miles de aficionados presentes en la plaza, mientras la atención se desvía rápidamente hacia el ayuntamiento, donde dos valientes seguidores del West Ham han subido a lo más alto para colgar su bandera y completar la "toma" del centro de la ciudad.
Todo está en calma en Praga antes del saque inicial, mientras ambas aficiones se preparan para la contienda, ya que las conversaciones, y el ambiente festivo, se detendrán para que el fútbol ocupe el centro del escenario y dé que hablar.