La Fiore era la legítima favorita en este doble duelo entre cercanos vecinos, pero los suizos habían venido a dar la campanada. Casi lo consiguen en el minuto 8, cuando un conocido rematador de cabeza, Jean-Kévin Augustin, abrió el marcador antes de que interviniera el VAR para anularlo.
El conjunto viola no sabía aprovechar su dominio, pero en esta situación no hay nada como una buena jugada a balón parado para marcar la diferencia. Un saque de esquina, un inteligente cabezazo de Lucas Martínez Quarta, y el inevitable Arthur Cabral, bien colocado como de costumbre, crucificó a su antiguo equipo. Era el minuto 25 y los suizos ya se veían por detrás.
La segunda parte se reanudó al mismo ritmo. La Fiorentina dominó y Rolando Mandrágora estuvo a punto de doblar la ventaja. Pero el equipo italiano no supo aprovechar su ventaja y quedó expuesto. Y pasó lo que tenía que pasar, porque en el minuto 71, Andy Diouf se hizo con el balón en el centro y aprovechó un hueco para acercarse al área e igualar con un preciso disparo.
Fue la jugada perfecta para el Basilea, el punto de inflexión que necesitaban para creer en el triunfo. Amdouni, poco después, tuvo el segundo pero su cabezazo se fue por poco fuera. Luego sí acertaría ya en tiempo añadido para anotar el 1-2 y dar la gran sorpresa de la semifinal de la Conference que les acerca a la final.