En Balaídos se cruzaban dos equipos con trayectorias contrapuestas. El Girona sólo había perdido un duelo de los últimos cinco (ante el Villarreal) y el Celta, con cuatro derrotas seguidas, había empezado a temblar al acercarse peligrosamente al precipicio de LaLiga.
Con el miedo en el cuerpo y Aspas, mermado físicamente, en el banquillo, Carvahal recurrió al canterano Miguel Gutiérrez para aportar energía y desparpajo al equipo y a la experiencia del peruano Renato Tapia para contener el juego alegre y atrevido del conjunto de Míchel.
Sabiendo lo que se jugaba, el Celta salió a morder desde el comienzo. Con Strand Larsen como referente ofensivo y con Miguel, Veiga, Oscar y Carles Pérez surtiendo de balones al noruego, la versión low cost de su compatriota Haaland, los gallegos dominaban con cierta claridad pero sin crear excesivo peligro sobre la portería de Gazzaniga. Tapia cumplía su misión y era el tapón defensivo que se esperaba.
El habilidoso Iván Martín se lesionó y Míchel, un enamorado del trabajo de cantera, dio la oportunidad al joven Ricard Artero, una de las promesas del equipo gerundense.
En el 40, Carles Pérez trazó una de sus habituales diagonales desde la banda derecha y logró armar su poderosa zurda pero el disparo se marchó fuera. Unos segundos después la suerte le ayudó en su objetivo. Una espectacular jugada por la izquierda del incisivo Javi Galán tras una gran recuperación, acabó en asistencia y chut de Pérez. El balón tocó en Oriol Romeu, despistó a su portero y la afición del Celta aflojó un poco el nudo de la soga.
Todo lo que no había pasado en 40 minutos ocurrió en cinco. Artero, en un remate con la zurda dentro del área, que tocó ligeramente en Aidoo, casi consigue su minuto de gloria. Lo evitó Iván Villar con una gran intervención.
El Girona arrancó la segunda mitad con un serio aviso de Arnau Martínez, un lateral que mira más hacia la portería rival que hacia la propia. Galán, que estaba bordando una actuación magnífica, puso un borrón en un recorte dentro del área de Viktor Tsygankov, el ucraniano nacido en Israel. Puso la pierna y dio a Stuani la oportunidad de aumentar su leyenda desde los once metros. Lo evitó Villar con un paradón salvador con valor gol.
El VAR, como tantas veces, apagó la alegría del vencedor. Unai Núñez, que despejó el balón que había desviado su portero, entró antes de tiempo en el área. Mateu Lahoz mandó repetir tras el aviso de la sala VOR en Las Rozas y el matador uruguayo no falló su segunda oportunidad.
Larsen tuvo el segundo en su pie derecho tras un jugadón cuyo remate se marchó fuera por muy poco. Devolvió el golpe Yangel Herrera en otra gran jugada que no encontró puerta de milagro. Muy mal debía estar Iago Aspas para no tener minutos en una situación muy complicada para su equipo. Larsen lo intentó de nuevo en el 78, tras un gran control. Evitó el gol Gazzaniga, que, un minuto después, también hizo una gran parada a Carles Pérez. El hat trick de paradas lo completó ante Cervi. El Celta pisaba el acelerador y el argentino ponía el freno.
Tanta era la necesidad que, en el minuto 80, Carvalhal sacó su carta de oro. Aspas encendió a la afición con su salida. Le puso voluntad pero poco pudo aportar. Iván Villar salvó el desastre total en el último segundo ante un disparo soberbio del canterano Joel Roca. Al Girona se le pone más difícil la plaza de Conference League y el Celta necesitará litros de tila para calmar los nervios ante dos citas que decidirán su futuro.
Jugador Flashscore del partido: Paulo Gazzaniga