El soleado día con el que amaneció Vigo este domingo animaba a disfrutar de un partido en el que el Celta, tras un dubitativo inicio de temporada, llegaba como uno de los equipos más en forma de LaLiga para tratar de seguir escalando posiciones en su sueño de estar en Europa la próxima campaña, algo que no logran desde la 2015-2016.
De esto era plenamente consciente un Almería en puestos de descenso que, para tratar de evitarlo, salió en Balaídos con cinco defensas y la clara intención de jugar a la contra cuando tuvieran la oportunidad de poder crear peligro.
Aluvión de goles en el primer tiempo
Y esta oportunidad llegó bien pronto, aunque no fue a la contra sino en un saque de esquina botado por Robertone que Babic, con un espectacular cabezazo desde el primer palo anticipándose a De la Torre, hizo bueno para meterla por la escuadra y poner el 0-1 en el minuto 7.
No había comenzado mal el Celta pese a encajar en los primeros instantes y, de hecho, el contratiempo no varió su esquema. Los de Carvalhal buscaban atacar con verticalidad gracias a la dupla de genios gallegos formada por Aspas y Veiga, una inagotable fuente de talento canterano.
Este último, uno de los hombres de moda del futbol español y eso que es su primer año en la élite, volvió a demostrar sus características de futbolista “box to box” que hacen que los equipos de media Europa estén enamorados de él cuando rompió líneas con su habitual potencia para aprovechar un pase en profundidad de Aspas y, desde el costado derecho, encontró a Seferovic, que no desaprovechó la acción de su compañero para empatar.
Estaba siendo un encuentro muy entretenido y el Celta se vino arriba buscando adelantarse, pero lo que sucedió fue todo lo contrario. Luis Suárez le ganó el duelo físico a Aydoo tras un pase largo y se plantó delante de Villar. La adrenalina de la jugada no impidió que el colombiano tuviera la sangre fría justa para levantar la cabeza y ver llegar a Puigmal, que convirtió el regalo en el segundo de un cuadro indálico más efectivo que nunca.
Lo malo para los chicos de Rubi era que estaban cometiendo muchas pérdidas en la salida del balón ante la presión alta de sus rivales, y de ese modo llegó el empate. Robertone se resbaló de manera inoportuna y el esférico quedó en los pies de Carles Pérez, que se sacó un preciso zurdazo desde fuera del área con el que llegó el 2-2 que cerró el festival de goles en la primera parte.
A veces los entrenadores no acaban demasiado satisfechos en un partido de ida y vuelta como este, pero por suerte no fue el caso en Balaídos, porque tras el descanso, ambos siguieron tratando de llevarse los tres puntos.
Pudo llegar primero con un disparo de Aspas a bocajarro que obligó a estirarse a Fernando, y luego la réplica la dio Suárez en un mano a mano con Villar, pero su intentó se fue desviado.
Con el paso de los minutos y con la entrada de Larsen para tratar de cazar algún balón en el área, los celestes fueron encerrando en su campo a los andaluces, que ya no tenían tanta energía como al principio del choque para contragolpear con la misma velocidad aunque Rubi metiese a Ramazani, así que parecía que gol local estaba cada vez más cerca.
Costa y Aspas tuvieron las más claras a última hora
Pero el 3-2 no llegó. Es más, incluso pudo llegar el 2-3 cuando Samú Costa, tras una falta lateral, se encontró con un balón muerto en el punto de penalti, pero el portugués, con todo a su favor, desperdició una ocasión de oro disparando fuera.
Esto dio una vida extra a los gallegos, que se volcaron definitivamente sin echar la vista atrás, pero no tuvieron la suerte necesaria en sus muchas llegadas y Aspas, con un tiro con rosca desde el pico del área que se fue al palo en el que habría sido uno de los goles de la temporada, no pudo ser el héroe vigués como en él es habitual.
Jugador Flashscore del partido: Aspas.