Tres años después de la mágica noche de Wembley, en la que ni siquiera se dio cuenta de que se había proclamado campeón de Europa tras detener el penalti decisivo a Bukayo Saka, Gianluigi Donnarumma llega a la Eurocopa 2024 con mucha más responsabilidad y, en consecuencia, muchos más puntos que perder. Nombrado capitán de la nueva selección, el nacido en 1999 tendrá que servir de contrapeso a su actual compañero Kylian Mbappé, que también fue puesto al frente de su selección a una edad temprana, y demostrar que ha alcanzado una cierta madurez desde el punto de vista mental.
Mejorar
Lo que le ha pedido el seleccionador, Luciano Spalletti, es una mejora absoluta. Porque cuando eres el portero titular de la selección italiana, tienes que demostrar que puedes ser sólido tanto entre los tres palos como fuera de ellos. Pero, sobre todo, como capitán es importante actuar como aglutinante de todo el grupo. Un grupo que irá a Alemania a intentar de alguna manera "abrir brecha", dado el grupo con España, Croacia y Albania, que ya de por sí representa un duro obstáculo a superar.
La obligación de esprintar es, por tanto, absoluta, pues la tarea promete ser bastante ardua. Y el seleccionador azzurro, entrevistado por Sky Sport, no se anduvo con rodeos cuando se le preguntó por la asignatura pendiente de Donnarumma en diciembre: "El problema es siempre el mismo, cómo se sitúa con lo que es su papel y con lo que es su carrera. Tiene que controlarse, porque de vez en cuando muestra falta de continuidad. Sólo hay una manera de mantener el nivel a largo plazo: entrenarse y disciplinarse bien a nivel mental". Una afirmación que denota el deseo de Spalletti de limar definitivamente asperezas con el diamante de Campania, que sigue siendo el titular de los Azzurri pese a las diversas críticas recibidas.
Competencia
Quien está poniendo en duda su posición, de hecho, es un tal Guglielmo Vicario, que en su primer año en el Tottenham ya se está haciendo un nombre por sus actuaciones al más alto nivel, y que en pocos meses ya se ha convertido en uno de los pilares de los Spurs en su búsqueda de la clasificación para la Liga de Campeones.
Al margen de las posibles incorporaciones de Meret, Provedel y Carnesecchi, dos de los cuales se quedarán fuera de la convocatoria europea, Gigio sigue siendo el número 1 indiscutible de Italia. Todo ello mientras en Francia muchos piden a menudo su cabeza las pocas veces que el París Saint Germain pierde, como ocurrió con ocasión de su error característico en Le Havre, cuando fue expulsado por una torpe falta fuera del área.
Lo cierto es que para un guardameta como él, es importante llegar a la cita europea de la mejor manera posible. Y la mejor manera es entrar con confianza en el camino diario con ese PSG que, antes de privarse de Mbappé, querrá intentar sacar el máximo partido a su estrella. Pero que sin el mejor Gigio entre los tres palos difícilmente hará saltar la banca. Autor de demasiados errores garrafales en años pasados, este año el grandullón de Castellammare está llamado a superarse a sí mismo. Fenómeno predestinado para algunos, sobrevalorado para otros, a sus 25 años debe demostrar por fin su clase pero, sobre todo, su solidez mental. Porque es esta virtud la que realmente da alas a un portero. Por no hablar de un capitán.