Intentaremos explicarlo de la mejor forma posible porque la UEFA presentó un esquema propio de una teoría de física cuántica. Las repescas funcionan con seis semifinales, dos por grupo (ellos lo denominan Ruta), que se celebrarán el próximo 21 de marzo de 2024, sólo cinco días antes de que se disputen los tres partidos decisivos. Estos doce aspirantes, eliminados en la fase de clasificación para la Eurocopa, tienen esta segunda oportunidad gracias a su rendimiento en la Liga de Naciones.
Pese a la parafernalia, la Ruta C ya estaba decidida antes de que el azar dictaminara sentencia: Georgia, que ha competido sin éxito con España en estas últimas semanas, se va a enfrentar a Luxemburgo. A priori, Khvicha Kvaratskhelia y compañía parten como favoritos, si bien todo puede pasar a lo largo de 90 minutos. Al otro lado del cuadro, Grecia (campeona por sorpresa en la edición de 2004) se medirá a Kazajistán, un combinado que ha crecido en los últimos años.
En la Ruta A, el emparejamiento entre Polonia y Estonia tampoco dependía de ninguna mano inocente, es decir, se definió con anterioridad. Robert Lewandowski intentará liderar a los suyos a base de goles, aunque ya con menos margen de error que meses atrás. Si consigue superar esa primera prueba, el atacante del Barcelona y el resto de integrantes tendrán enfrente al vencedor del duelo entre Gales y Finlandia, una de las novedades del día.
Por último, la Ruta B, que también gozaba de esa dosis de emoción, incluso más porque estaba todo por resolver. Mientras que la Israel de Shon Weissman, antes en el Real Valladolid y ahora en el Granada, jugará frente a la siempre sólida y robusa Islandia, la siempre respetada Ucrania se verá las caras con Bosnia & Herzegovina, que suma tres derrotas consecutivas y lo afrontará en una dinámica bastante negativa.
El camino a la repesca
Ruta A
Ruta B
Ruta C