Final Copa del Rey: El Athletic, campeón 40 años después al ganar en los penaltis (4-2) al Mallorca

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Que saquen la gabarra, que el Athletic es campeón de la Copa del Rey
El Athletic, campeón de la Copa 2024
El Athletic, campeón de la Copa 2024AFP
La Copa del Rey 2024 ya tiene dueño y ese es el Athletic. 40 años de espera para volver a pasear en la gabarra por la ría de Bilbao con el trofeo de campeones. Tuvieron que luchar durante 120 minutos en una final intensa y emocionante para alcanzar la gloria ante el Mallorca y elevar al cielo de Sevilla el trofeo copero. Después de empatar a 1 en el tiempo reglamentario, con goles de Dani Rodríguez, en la primera parte, y de Sancet, en la segunda, la final se decidió en una tanda que dio el triunfo a los de Valverde, que anotaron los cuatro penaltis que lanzaron y detuvieron uno, además de que el rival falló otro más.

Cuatro décadas después, varias generaciones de athleticzales que desde 1984 esperaban con ansia este momento, al fin pudieron gritar aquello de campeones, campeones. Sufriendo, como estaba escrito, porque se adelantó el Mallorca. Pero nadie dijo que iba a ser fácil. Y no lo fue, porque enfrente tuvieron un dignísimo rival que también habría merecido el título. Aunque ahora lloren escocidos de dolor. 

Pero suele ser importante en las finales golpear primero, aunque no marques. Ganas confianza, impones respeto... Eso lo hizo Nico Williams, que no tardó ni un minuto en usar su velocidad, que no su precisión, para asomarse a los dominios de Greif. También lo intentó Guruzeta, pero el meta eslovaco demostró que es frío como el hielo con una excelente intervención. 

Estadísticas de la final de Copa
Estadísticas de la final de CopaFlashscore

La respuesta del Mallorca fue contundente. Con su estilo directo ganó espacios Muriqi para armar su zurda y obligar a Agirrezabala a despejar a córner. A balón parado son especialistas los bermellones en encontrar petróleo. Y Dani Rodríguez, lo que encontró tras el saque de esquina, fue un balón suelto en el área que colocó en la red para abrir el marcador y soñar con la Copa.

Si ya es rocoso el cuadro de Javier Aguirre con un empate, más aún con el resultado a favor. Sabe defender y cerrar los espacios, incomodar al rival hasta que la ansiedad le puede. Logró contener al Athletic durante muchos minutos, pero aun así, los Williams son leones salvajes dispuestos a quebrantar cualquier ley.

A Iñaki, que se hubiera quedado solo en el mano a mano, le falló por dos veces el control de un balón que parecía tener vida propia. Su hermano sí marcó, pero la acción estaba anulada por fuera de juego. Luego, al filo del descanso, volvió a plantarse ante Greif, pero eligió mal la posición y la pierna de remate, perdonando lo imperdonable. 

El oportunismo de Sancet

Se notaba la ansiedad en los bilbainos, que pudo ir a más de no ser por la templanza de Agirrezabala ante Larin nada más reanudarse el choque. Pero de lo que pudo ser el 0-2 se pasó al empate. Nico Williams, por dentro y con pausa, asistió a Sancet, que puso el balón en la escuadra para firmar el 1-1. Cuántas cosas pasaron en cinco minutos. 

Con la liberación por el gol, sin la presión de tener que remontar y viendo al enemigo ya debilitado, los rojiblancos acamparon en el área mallorquinista buscando la remontada por la vía rápida. Javier Aguirre, viejo zorro de los banquillos, leyó bien lo que pasaba y reforzó su centro del campo con Antonio Sánchez y Morlanes. Una modificación que igualó las fuerzas y le permitió incluso alguna aproximación a la portería de Agirrezabala. 

Las ocasiones claras, sin embargo, desaparecieron conforme se acercaba el minuto 90. Sólo Vivian, con un disparo lejanísimo, inquietó a Greif. Ninguno quiso arriesgar más de lo necesario y la prórroga se hizo realidad. 

Tiempo extra... y gloria eterna

Un monólogo, con el Athletic atacando y el Mallorca defendiendo. Así fue la prórroga. Pero el físico ya no respondía, las piernas pesaban y las ideas escaseaban. Hubo que esperar a la segunda parte para, de nuevo, disfrutar de dos ocasiones brutales: Nico Williams vio cómo Maffeo evitaba su gol e inmediatamente después Agirrezabala hacía lo propio con un testarazo de Muriqi. 

No hubo más oportunidades y el título se decidiría en la tanda de penaltis. Y ahí triunfó el Athletic tras los goles de Raúl García, Muniain, Vesga y Berenguer, y los fallos de Morlanes, al que le detuvo el tiro Agirrezabala, y Radonjic.

Centro de datos del Athletic-Mallorca, final de Copa del Rey