La celebración improvisada de los campeones de Copa junto a cientos de seguidores rojiblancos puso en riesgo la seguridad ciudadana. Eso es lo que piensa la policía autonómica vasca al ver lo sucedido en la noche del martes.
La plantilla quiso compartir momentos de felicidad y euforia con los aficionados y se lo pasaron en grande. Pero ahora pueden sufrir las consecuencias del pasacalles, de los cánticos y de toda la fiesta que se organizó.
La Ertzaintza, de momento, sólo ha abierto un expediente para investigar con exactitud qué sucedió y si es necesario derivar consecuencias, si bien no ha querido dar a conocer cuáles son los cuatro jugadores a los que se les ha abierto esa investigación.