La motivación es enorme, a dos partidos tan solo de poder volver a disputar una final de la Copa del Rey. Pero es proporcional a la dificultad que entraña superar al rival, que viene henchido de moral tras empatar en el último minuto en el derbi del Bernabéu. 

Para Valverde, además, se une el hecho de que los colchoneros parecen invencibles en sus dominios. "Jugamos contra el mejor equipo de Europa en casa. Tiene unos registros de campeón y sabemos a lo que nos enfrentamos. Es un conjunto con un potencial tremendo en casa".

Una de las virtudes de los del Cholo es, precisamente, la intensidad, en lo que coincide con los Leones. "Nosotros jugamos con mucho ritmo y ellos son un equipo físico que hace muchos kilómetros y nunca pierde la compostura. Tienen suficiente pegada como para castigarte en acciones puntuales y son muy solidarios defensivamente. Los partidos se hacen duros contra ellos".

En el último antecedente, sin embargo, las cosas fueron bien para los bilbainos, si bien se disputó en San Mamés en diciembre. "Estuvimos muy bien, pero el del miércoles es diferente, en una competición especial y en otro escenario. Determinadas cuestiones nos pueden servir, pero no será una referencia. Estamos ambos equipos a las puertas de una final y eso añade una tensión especial al encuentro. No creo, ni espero, el mismo partido que disputamos en La Catedral".

Lo que sí quiere es ver a sus pupilos darlo todo, sin temor. "Cuando empieza la temporada, quieres jugar partidos como este. La situación no nos debe poder. Somos jugadores de fútbol para disputar choques como este. No nos podemos quedar a medias. Tenemos experiencia, hemos jugado encuentros de este calibre. Es un partido atractivo para todos". 

La duda de Nico Williams

Valverde aún no sabe si podrá contar con el internacional español. "Ayer (por el lunes) no entrenó y no sé cómo estará hoy, Tenemos que entrenar y ver cómo está, si puede jugar, si merece la pena que juegue, depende del riesgo que podamos correr".