Con la sintonía celestial de la Champions aún resonando en el hogar de Mozart, la Real Sociedad afinó sus mejores instrumentos para dar un inolvidable concierto de fútbol que dejó boquiabierto al Salzburgo y a sus seguidores.

Sorprendidos por el ritmo inicial, los jóvenes austriacos parecían hipnotizados por la melodía que hacían sonar los txuri urdin en unos primeros minutos en los que no dejaron de mirar a los ojos de un Schlager que no sabía con quién deleitarse más. Tocaban a su antojo Barrenetxea y Oyarzabal, pero también asomaban Kubo y Brais Méndez. 

A los seis minutos, el capitán donostiarra le añadió la letra del gol a la armonía para firmar el 0-1 mientras el meta local hacía la estatua. No se puede llamar a eso de Oyarzabal un remate sino un pase a la red. Qué sutileza la suya.

Se frotaron los ojos los del Red Bull, intentando romper el encanto y desplegar sus alas para escapar, pero Brais quiso su cuota de protagonismo como solista. Agarró el balón en su propio campo, condujo la contra, un 3 para 1, pero se la jugó él para anotar el 0-2.

Y pudo llegar un tercero antes del descanso, mas Oyarzabal no supo entrar en contacto con la pelota cuando Barrene le invitó a ello con un pase monumental. Tras ver cómo corría la bola, a uno o dos toques, cómo interpretaban los espacios Zubimendi y Mikel Merino en la medular, cómo encaraban Kubo y Brais y los demás, y con la seguridad de los que marcaban el paso atrás, el resultado se antojaba cortísimo. 

Desafinando tras la pausa

El Salzburgo no podía dar esa imagen. De ahí los tres cambios de sopetón al descanso. La Real, sin Le Normand pero con Pacheco, comenzó a desafinar en los primeros minutos. Por suerte, apareció el VAR para echar atrás un penalti que hubiera dibujado un borrón imperdonable en su partitura.

Tuvo Imanol que marcar a los suyos un tempo adagio para recuperar su orquesta. Ya sin Kubo y Barrene, pero con Cho y Carlos Fernández, fue Oyarzabal quien pudo cerrar el concierto con un toque similar al 0-1. Y aunque intentaron los austriacos detener su música, incluso con las malas artes de Pavlovic, o con las buenas de Simic, la Real salió triunfal, casi a hombros, del Red Bull Arena en su primera salida en Champions esta temporada. 

Jugador Flashscore del partido: Brais Méndez (Real Sociedad).

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