Emiliano Martínez (30) rompe en llanto. Con sus manos atajó un penalti. Con sus pies frenó un disparo de Kolo-Muani (24) en el minuto 120+3 que habría sido un golpe letal para la Argentina.
Él, sin duda, es uno de los hombres del torneo. Esencial en la tanda de penaltis contra Holanda. Héroe indiscutido en la definición del título ante Francia. Cuando el mundo del fútbol habla en exceso de Messi y de Di María (los dos MVPS de la final) Martínez baila. Realiza gestos obscenos y festeja. Es un Campeón del Mundo.
La historia de Emiliano Martínez inicia en Mar del Plata, Argentina. Hijo de un hombre que trabajaba en el puerto y de una maestra, el portero se enfrentó desde chico a las adversidades de la vida.
“Vengo de una familia muy humilde. Me tuve que ir desde muy chico y le dedico este título a mi familia”, dijo después de conquistar el Mundial de Catar.
Martínez no era un buen estudiante. Su talento no estaba en los números. En la literatura o en la filosofía. El deporte era su razón de ser. Y más aún cuando conocía la compleja realidad económica de su hogar.
“Era medio vago, creo, pero mi mamá nos ponía en una escuela, la Sagrada Familia, que era privada, entre pública y privada. Buena educación. A eso mi mamá se laburaba diez horas por día (limpiando casas), pero la educación me la dio. Y mi viejo iba al puerto en las madrugadas, lo veía poco. Mi vieja nos dejaba en la parada del colectivo a las 06:30, 7 de la mañana, y la veía a las 9, 10 de la noche cuando venía de laburar”, dijo en una entrevista a Star + un mes antes del inicio de la Copa del Mundo.
De Independiente a Arsenal
Gracias a su determinación, vivió a los 12 años un cambio importante. El Independiente de Avellaneda, el club más laureado de Sudamérica, oficializó su fichaje. Tenía un contrato profesional. En tan solo dos temporadas alcanzó grandes metas: fue convocado para la división sub 15 de la albiceleste. Escaló hacia la sub 17 y, en ese entonces, un histórico del viejo continente tocó las puertas de su casa para ofrecerle dar el salto a Europa. El Arsenal apostó por su transferencia.
La etapa de Martínez en Londres fue adversa. Jugó poco. Arsene Wenger tenía mucha competencia en el arco. Szczęsny, Cech y David Ospina le ganaron la partida en varias campañas. El club británico, en ese contexto, le envió en préstamo a seis clubes diferentes en nueve temporadas.
“A veces salía a préstamo y ni siquiera jugaba. Pero eso no le impidió creer y motivarse. Cuando le veo jugar ahora, sabiendo por lo que ha pasado, admiro aún más sus logros. Bien hecho, Emi, estamos orgullosos de ti", indicó Arsene Wenger, antiguo entrenador del Arsenal, en una entrevista al Daily Mirror.
Oxford United, Sheffield Wednesday, Rotherham, Wolverhampton, Getafe y Reading. Pasó por Primera y por Segunda División. Su ánimo no era el mismo. Quería cumplir un sueño: jugar un partido en la selección de mayores. Él sabía que como suplente su anhelo sería una utopía. Así que decidió abrirse campo y emprendió un nuevo rumbo.
El Aston Villa decidió comprar a Emiliano Martínez en el 2020. El equipo de Birmingham necesitaba talento bajo palos y encontró en el antiguo guardameta de Independiente la solución a sus vicisitudes.
En el 2021, la suerte le llevó a completar su objetivo. Franco Armani, contagiado por Covid-19, fue baja para un encuentro de la albiceleste. Lionel Scalonni llamó a Martínez para ocupar el puesto. Desde ese entonces es titular indiscutido. Suma tres títulos (Copa América, Finalissima y el Mundial de Catar 2022) y es considerado como un ídolo después de su fenomenal papel ante Francia.
Si en España Iker Casillas es un ícono por matar con el pie un disparo de Robben, en Argentina Martínez es una estrella que pasará a la Historia de generación en generación.