El colegiado manchego volvió con personalidad y, aparentemente, sin demasiados nervios. Consciente de que iba a ser un encuentro en el que los duelos divididos y los contactos iban a ser constantes, decidió dejar jugar para que se viera un juego algo más fluido y con menos interrupciones. Los seis centrales que juntaron ambos equipos desde el principio, principalmente porque acostumbran a salir en un 3-5-2 muy lúcido e indiscutible, daban pistas acerca de lo que podía ocurrir en Getafe.
Tanto Amath N'Diaye como Ángel Rodríguez, que tuvieron minutos, se reencontraban con su antigua afición después de dejar el club en las temporadas 2019/20 y 2020/21 respectivamente. Los dos atacantes se han visto lastrados por problemas físicos y están muy lejos de ser titulares a las órdenes de Javier Aguirre, cuyo once titular admite pocas modificaciones ahora dado el buen rendimiento que está ofreciendo la columna vertebral: 19 puntos en total y un margen de ocho sobre los puestos de descenso.
El fortín azulón, un estadio donde han perdido en los últimos años tanto Real Madrid como Barcelona, ha perdido solidez en lo que llevamos curso (dos victorias en ocho encuentros). Esto se traduce en un suspenso provisional como anfitrión, pero suficiente para estar fuera del descenso. Y mientras un servidor aportaba este contexto, lo más interesante que ocurría en el Coliseum era el cambio de botas que protagonizó Carles Aleñà, quien, un minuto después, probó suerte desde fuera del área.
Continuamente en el alambre
Antes de llegar a la media hora de juego (26'), Alberola Rojas mostró su primera amarilla en casi ocho meses, dirigida a uno de los delanteros más amonestados del campeonato liguero: Vedat Muriqi. El kosovar lleva tres (además de una más en Copa del Rey) y recibió una roja directa frente al Elche, lo que le privó de disputar los dos partidos posteriores. En esta ocasión, a criterio del colegiado, elevó la pierna más allá de lo permitido en una acción que Djené Dakonam despejó de cabeza.
Terminó la primera mitad con un guion más o menos previsible. Aunque a ambos clubes les suele quemar el balón, el cuadro anfitrión siempre tiene ese deber intrínseco de hacer algo más por ganar debido a que está frente a su público. Además, los mallorquines afrontaban la cita con una gran bomba de oxígeno a nivel clasificatorio, aunque estuvieron muy cerca de disfrutar de una pena máxima por mano de Damián Suárez. Todo quedó en nada dado que el VAR lo anuló por la posición antirreglamentaria de Muriqi.
Casi de milagro, arrancó la segunda parte con el ex de la Lazio entre los once jugadores visitantes. Como suele ser habitual, tuvo mucho (demasiado incluso) trabajo en el apartado aéreo. Fue el futbolista que más faltas cometió, varias de ellas después de ver la amarilla, y el coqueteo con la expulsión se mantuvo durante bastantes minutos. Pero Javier Aguirre no dudó en mantenerlo en el campo porque es una pieza casi imprescindible para el fútbol que propone el entrenador mexicano.
Del acierto rival al error propio
Cristian Portu, ubicado como carrilero izquierdo y con más labores defensivas de las habituales durante su carrera, fue uno de los más incisivos por parte del equipo local, aunque muy lejos de sus mejores años en Girona y Real Sociedad. Tampoco pasó desapercibido el ya citado Aleñà, quien reclamó penalti tras el paso por vestuarios y justo antes de que Borja Mayoral, en una vistosa acción colectiva por el centro (con varios túneles), batiera a Predrag Rajkovic por debajo de sus piernas.
El 2-0 estuvo muy cerca de llegar en otra jugada de equipo, esta vez con más espacios, y que no la culminó un atacante del conjunto azulón, sino Antonio Raíllo, el capitán del Mallorca. El esférico besó el poste izquierdo de la portería y muchos aficionados celebraban ya otra diana más, precoz cuanto menos, cuyos efectos a nivel psicológico sobre el contrario hubiesen sido demoledores. Enes Ünal, asistente en ese gol, lo siguió intentando con la misma energía que un niño en un cumpleaños endulzado con golosinas.
El gran nombre propio de la tarde no iba a ser el turco, sino Mayoral, que no desperdició la oportunidad cuando se encontró con la posibilidad de hacer el 2-0: catastrófico pase atrás de Antonio Sánchez, que había entrado poco antes, para dejárselo de cara al ex del Real Madrid, que definió con delicadeza y provocó el júbilo en la localidad madrileña. Sin que David Soria tuviera apenas que intervenir, el Getafe se llevó una valiosísima victoria contra un rival directo al que ahora ve mucho más cerca, a tan solo un par de puntos.
Jugador Flashscore del partido: Borja Mayoral.
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