La jornada sabatina en LaLiga Santander había deparado dos resultados inesperados como fueron la derrota del Villarreal en Elche y el empate en casa del Atlético de Madrid contra el Getafe.
Pero no por inesperados fueron mal recibidos por parte del Betis, como es lógico, por lo que los andaluces tenían la oportunidad de comenzar la segunda vuelta recortándoles puntos a sus rivales en la batalla por acabar la temporada en los puestos europeos de la clasificación.
Aunque para ello debían romper la racha de cuatro partidos sin ganar en casa ante un Celta que venía mejorando bajo la batuta de Carlos Carvalhal, aunque continuaba peligrosamente cerca de la zona de descenso (solo un punto por encima del Cádiz, antepenúltimo clasificado) y que llegaba con la mala noticia de la baja por lesión de su portero Marchesín, que se rompió el tendón de Aquiles, lo que hizo que un Iván Villar que solo había disputado dos partidos de Copa esta temporada fuera el titular.
El Celta golpeó primero, pero el Betis se sobrepuso
Parecía que los de Heliópolis lo tenían todo de cara, pero el balón echó a rodar y nada más empezar llegó el primer contratiempo. En una transición rápida de los celestes, Mingueza buscó que Aspas, como es habitual, diera sentido al ataque gallego y creara una acción de peligro. El de Moaña recogió el guante y encontró a Carles Pérez, que corrió por la banda derecha y centró para que Jorgen Larsen, con una bonita y difícil volea, pusiera por delante a los suyos.
Lejos de servir para que se viniera abajo, el gol del Celta lo que hizo fue despertar al león verdiblanco, que enseguida empató gracias a que Juanmi estuvo más listo que Javi Galán y aprovechó un balón dividido en el área para batir a Villar.
El inicio del partido no podía ser más atractivo para los espectadores, pero la fiesta estaba lejos de terminar. En el minuto 23, un error de infantil de Aidoo propició un auténtico golazo de fútbol colectivo al primer toque. Robó Juanmi, que combinó con Guardado en la frontal. El mexicano vio a su derecha a Borja Iglesias, que intercambió los papeles con Sergio Canales, al que encontró llegando desde atrás para que el cántabro definiera con clase para darle la vuelta al marcador.
Se estaban gustando los chicos de Manuel Pellegrini, que tenían bajo control el choque hasta que Miranda, tras un fantástico pase de Canales, perdonó el 3-1 delante de Villar, lo que, como es habitual desde que el fútbol es fútbol, fue convenientemente castigado por sus adversarios.
Veiga entró en escena
Porque segundos más tarde, Luca de la Torre envió un pase con el exterior para Gabri Veiga, que se fue de Luiz Felipe con un toque de cabeza y, ante la salida de Rui Silva, definió de manera magistral con una vaselina para poner el 2-2 en los dos únicos disparos a puerta del conjunto vigués en la primera parte.
La diferencia entre la efectividad de cara a portería de ambos equipos sería determinante en el encuentro, puesto que ni Borja Iglesias poco antes del descanso ni Juanmi recién comenzada la segunda mitad pudieron poner a los verdiblancos por delante, algo que sí hizo el héroe de Porriño.
Una vez más, Aspas encendió la mecha mandando a correr a Larsen al espacio. El noruego demostró que también sabe asistir a sus compañeros y puso un preciso balón en la frontal del área pequeña para que Veiga, quién si no, llegara antes que todos los defensores para volver a adelantar a los suyos en un partido loco pero precioso.
Fue lo último que hizo el canterano céltico, que a la hora de partido fue sustituido por problemas estomacales junto con Larsen para dar entrada a Óscar Rodríguez y a un Seferovic que debutó con el equipo de Carvalhal al que todo le salía de cara.
De este modo, la monumental pegada exhibida por los visitantes continuó y Aidoo, a la salida de un córner y desde el punto de penalti, puso tierra de por medio en el marcador con un potente cabezazo que entró por la escuadra de Silva. Llevaba el Celta cinco goles fuera de casa en toda LaLiga, el que menos de todo el campeonato, y fue en el Villamarín donde acertaron todo lo que habían fallado en la primera vuelta.
Acoso verdiblanco en los minutos finales
Como sucedió en la primera parte, el posible 2-5 que pudo ser si Aspas hubiera estado fino se convirtió en el 3-4 poco después. Pellegrini fue con todo dando entrada a Ayoze Pérez, que debutó en la máxima categoría española tras casi una década en la Premier League. También entraron Luiz Henrique y un Abner que falló a puerta vacía, aunque Mingueza pareció apiadarse de su rival por un error tan clamoroso y cometió un penalti por mano que transformó Fekir en el minuto 84.
En este momento, el encuentro pasó de ser una oda al fútbol a bronco y feo. El Betis trataba de buscar el empate y el Celta se defendía como podía, con pérdidas de tiempo incluidas, para no perder en los minutos finales lo que tanto les había costado ganar. Como era de prever, tanta tensión hizo que llegara otra expulsión más para los de Pellegrini, que ya casi ha perdido la cuenta. Luiz Felipe quiso quitarle bruscamente el balón a Aspas para reanudar el juego. El capital celeste se fue al suelo llevándose las manos a la cara y Del Cerro Grande expulsó al defensor bético por la tangana que se había originado, aunque no pareció golpear en la cara del capitán céltico.
El caso es que el partido se fue hasta el minuto 111 y terminó con un cabezazo de Édgar González que habría hecho explotar al Villamarín de júbilo, pero se le fue desviado y los gallegos acabaron llevándose la victoria para saltar hasta la undécima plaza con 23 puntos, ocho menos que el cuadro andaluz, que ahora es sexto y podría salir de los puestos europeos si el Rayo gana contra el Almería este domingo.
Jugador Flashscore del partido: Veiga.