La posibilidad de jugar un Clásico recién comenzado el año 2023 con el que medir su mejora (o la falta de ella) respecto al partido que perdieron en el Bernabéu era un caramelo demasiado difícil de rechazar como para que el Barça no saliera al King Fahd de Riad a por todas y con la victoria entre ceja y ceja.
Xavi, que sorprendió dando descanso a Busquets y poniendo a Raphinha como titular en el extremo derecho, además tenía motivos para el optimismo: si el pasado domingo pudieron ganar en el Cívitas Metropolitano sin Lewandowski ni Jordi Alba, con el delantero y el lateral en el césped su papel de favorito era todavía superior.
Dominio inicial del Barça
Por ello, el equipo culé comenzó la segunda semifinal de la Supercopa de España controlando la escena en un monólogo futbolístico en los primeros minutos con Dembélé, como ya ocurrió contra el Atlético de Madrid, como protagonista. Solo la falta de acierto en el pase o el tiro final, especialmente por parte del ariete polaco, evitó el primer gol del encuentro en los primeros minutos aprovechando el vacío creado ante la ausencia en el 11 inicial bético de William Carvalho para proteger el centro del campo.
El Betis, como prometieron tanto Manuel Pellegrini como Luiz Felipe en la previa, tampoco quería ser una comparsa y también quería dar algún susto al Barça gracias a la confianza que dan los buenos resultados cosechados en los últimos tiempos. Aunque quizá el primer intento verdiblanco, un disparo de Luiz Henrique desde medio campo, fue tener demasiada confianza, aunque sirvió para demostrar que, a pesar de que lo lógico era que los catalanes dominaran, ellos también tenían armas para hacer daño.
Aunque las primeras ocasiones con peligro de verdad del Betis llegaron como consecuencia de dos regalos. Primero, Sergi Roberto casi se mete un gol en propia y luego, Koundé quiso dar un pase atrás para Marc-André ter Stegen, pero se quedó corto y Fekir llegó antes. El francoargelino regateó al portero, pero llegó Araújo muy atento a despejar.
Eran los andaluces quienes se estaban viniendo arriba, pero los catalanes respondieron con el que creían que era el gol de Pedri. El canario había llegado desde atrás para rematar un envío de Raphinha, pero sistema del fuera de juego semiautomático dictaminó que el brasileño, al inicio de la jugada, tenía literalmente la punta de la bota adelantada.
Así que los de Pellegrini siguieron a lo suyo, que era atacar y atacar para darse contra un muro alemán en el área contraria. Si fue uno de los héroes en el triunfo contra los colchoneros, Ter Stegen siguió al mismo nivel con más de una parada de mérito, como una tras un cabezazo de Pezzella castigando la debilidad barcelonista a balón parado.
El gol culé llegó en el mejor momento del Betis
Pero cuando peor estaban los de Xavi es cuando más daño hicieron. Pedri combinó en largo hacia la banda izquierda con Dembélé, que se fue fácilmente de un Ruibal que hizo una entrada de todo o nada (y salió la nada), lo de dejó al francés vía libre para ver a Lewandowski. Aunque no estaba haciendo un buen partido, eso no es relevante en un delantero centro y el polaco, tras recoger el rechace de su propio disparo, batió a Bravo para adelantar a los suyos.
Todavía volvería a hacer otro paradón Ter Stegen antes del descanso, pero los de Heliópolis, por más que lo intentaron, se fueron a los vestuarios por detrás pese a merecer un mejor resultado.
Carvalho mejoró a los verdiblancos
El invento de Canales como mediocentro en lugar de Carvalho duró los primeros 45 minutos, cuando Pellegrini dio marcha atrás a su innovación para que su equipo fuera más reconocible y compacto. Esto bajó el ritmo del partido y dejaron de producirse tantas ocasiones por una y otra parte, pero el Betis mejoró mucho sus prestaciones.
También ayudó que el Barça, olvidada ya aquella autoimposición de ser protagonista los 90 minutos sin importar la circunstancia, reculó un poco, metió a Busquets por De Jong (en el partido número 700 del español) y dejó hacer a su rival para buscar alguna contra. De hecho, así fue la única oportunidad de gol en esta fase del partido, de nuevo por parte de Dembélé.
Pero la segunda parte tenía color verdiblanco y esta situación acabó dándole a los andaluces su merecido premio. Luiz Henrique recibió el balón en la frontal del área, logró combinar, no sin problemas, con Fekir, que culminó su gran partido con el gol del empate en el minuto 77.
La respuesta fue inmediata. De repente, el conjunto azulgrana recordó que tenía sobre el césped a un delantero apellidado Lewandowski al que no le hace falta demasiado para marcar y, una vez más, anotó un gol que el VAR anuló por fuera de juego, esta vez mucho más claro, de un Ferran Torres que había sustituido a un cansado Dembélé.
Lo mejor que le pudo pasar a los de Xavi fue que llegara la prórroga. Aunque Ansu Fati aprovechó sus piernas frescas para correr al espacio tras otro envío largo de Pedri y obligar a Bravo a estirarse, fueron los de Pellegrini quienes siguieron dando una mucho mejor imagen. De nuevo Ter Stegen salvó a su equipo haciendo gala de sus reflejos tras un tiro de Miranda y luego fue Fekir quien, en su última jugada del partido, trató de sorprender al germano con un toque sutil que se fue por encima del larguero.
Fati y Morón intercambiaron genialidades
Cuando lo normal habría sido lo contrario ante la fatiga de los 22 futbolistas, la prórroga fue un auténtico regalo para los espectadores. Como al inicio del partido, el Barça golpeó primero gracias a una obra de arte de Ansu Fati. El canterano voleó con su pierna izquierda un despeje de Carvalho y cruzó el balón ante la impotente estirada de Bravo, a lo que Xavi respondió tratando de asegurar la ventaja metiendo a Kessié por Gavi.
Pero fue inútil porque Loren Morón, que tenía la difícil tarea de reemplazar a Fekir, se inventó otra maravilla. De espaldas a la portería y con Araújo encima de él, recibió un pase desde la derecha de Luiz Henrique. La única opción si quería culminar la jugada era intentar un taconazo imposible, pero a veces lo imposible sucede y el delantero, aunque en toda la temporada solo había disputado 13 minutos (y fueron en agosto), se disfrazó de mago para volver a nivelar la balanza.
Ter Stegen brilló en los penaltis
Tras estas dos genialidades, lo único destacable fue el intento del propio Fati de emular a Morón con otro taconazo y la expulsión por doble amarilla de Andrés Guardado, por lo que por segunda vez en dos días en Arabia Saudí, la tanda de penaltis decidió el ganador. Ahí, Ter Stegen volvió a aparecer y paró dos disparos a Juanmi y a Carvalho. Sus compañeros Lewandowski, Kessié, Fati y Pedri no fallaron y, de este modo, el domingo llegará el primer Clásico de 2023, donde los culés tratarán de ganar un título que no logran desde 2018.
Jugador Flashscore del partido: Ter Stegen.
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