Sólo los más optimistas y esos pseudopsicólogos adalíes de que basta con la voluntad y el esfuerzo para conseguir cualquier cosa pueden pensar que este Elche tiene opción alguna de conseguir el objetivo de permanecer en Primera una temporada más. No será porque no lo están intentando los jugadores que dirige Pablo Machín, capaces de asaltar el Visit Mallorca para convertirse en una de esas piedras tan pequeñas como incómodas que, sin esperarlo, se introducen en el zapato.
Cyle Larin ha llegado para ser decisivo y darle la salvación a un Real Valladolid que aspira a afianzarse en LaLiga Santander. Dio un pequeño aviso en el tercer minuto de juego y abrió el marcador unos segundos más tarde con un efectivo remate que desvió un defensor. Más oportuno, imposible; más rentable, tampoco. Llegó al José Zorrilla casi como un desconocido pese a jugar en el Mundial de Catar y suma ya cuatro goles (tres de ellos han valido para puntuar). ¡Qué incorporación!
¿Querer es poder?
Acababa de celebrar el Pucela ese gol cuando Sergio Asenjo intervino por primera vez. Y no de cualquier forma, sino para rechazar un potente disparo de Lucas Boyé. El argentino, decisivo en territorio insular, recortó dentro del área y activó su cañón. El ritmo frenético del inicio se moderó, aunque los locales no cesaron en su intento por empatar. Justo antes de la primera pausa de hidratación del año, el guardameta visitante mandó a córner un centro envenenado y el propio ariete gozó de otra buena ocasión justo después.
Ya ganaban los de Pacheta y tampoco atacaban demasiado, pero una genialidad de Gonzalo Plata en forma de pase, un envío perfecto hacia Larin a la espalda de los centrales, estuvo a punto de traducirse en el 0-2. Interpretó perfectamente la jugada el canadiense, pero su control no fue nada bueno y desperdició un claro mano a mano. Después, ya en la segunda mitad, el ariete se desesperó porque el propio ecuatoriano, rodeado de rivales y muy bloqueado, no se la cedió en un contragolpe que apuntaba a ser letal.
Un premio que sabe a poco
Los ilicitanos lo estaban intentando en la segunda mitad sin despejar la desgracia que les acompaña desde el principio de la temporada. Boyé lideró la mayoría de ofensivas, incluido un franco remate de cabeza cuando el portero con pasado en el Villarreal trataba de levantarse desde el suelo. Tete Morente salió en la segunda mitad y, en su segundo intento, este último durante el eterno tiempo de descuento (12'), logró empatar con cierta fortuna, un tanto casi tan celebrado como la última salvación. Era el minuto 95.
Desde antes del 1-1 estaban los visitantes con un jugador menos por la lesión de Darwin Machís -no tenían más ventanas disponibles-. En inferioridad numérica y muy fatigados, Roque Mesa vio la segunda tarjeta amarilla por una patada sobre Ezequiel Ponce. Los aplausos irónicos de Martin Hongla también provocaron que se marchara a vestuarios porque estaba amonestado, así que el Valladolid terminó con ocho futbolistas. Sin embargo, aguantaron en la última acción para sacar un empate que no contenta a nadie.
Jugador Flashscore del partido: Sergio Asenjo.
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