Accidentado fue el inicio del sprint con dos coches de seguridad en las tres primeras vueltas. Antes del primero, Piastri protegió su pole, pero Norris perdió ¡cuatro plazas! y Verstappen, que salía tercero, otras dos. Posiciones todas que ganaron los que calzaban neumáticos blandos, como Russell y los dos Ferrari, además de Alonso. 

Cuando el primer SC se marchó tras la excursión de Lawson por la grava, Russell adelantó a Piastri mientras Alonso luchaba con un Norris muy agresivo. Una batalla de la que se aprovechó Ocon para pasar al de Aston Martin. Pero el Safety volvió a aparecer en pista por el abandono de Sargeant. 

Al reanudarse la carrera, Fernando se tomó la revancha y superó al francés. Por delante, Sainz lo intentaba con Piastri para que Russell no se marchara, mas no lo consiguió. 

¿Y Verstappen? Campeón del Mundo

El interés, además de en la victoria, estaba en el líder del Mundial. Andaba quinto, lo que le valía para ser campeón, pero se aburría tanto que en el ecuador de la carrera apretó el acelerador y superó a Leclerc y a Sainz sin sudar. Las gomas medias ya eran las más rápidas. De ahí que Piastri recuperase la cabeza de carrera ante Russell. Y que Norris se colase entre los Ferrari. 

Mientras, en la vuelta 10, perdido en la mediocridad, Checo Pérez peleaba con Ocon y Hulkenberg cuando los tres se fueron a la calle. La retirada del mexicano, que provocó otro Coche de Seguridad, ya le daba automáticamente su tercer título de campeón del Mundo a su compañero de Red Bull. 

Una vez relanzada la carrera por tercera ocasión, sólo quedaban cinco vueltas para el final. A Max le pedían calma y que actuase sin riesgos. Pero el neerlandés hizo oídos sordos porque quería campeonar ganando la carrera. Se quitó de en medio a Russell, segundo, y se fue a por Piastri. Pero ahí se quedó. El australiano se llevó su primera victoria en Fórmula 1. Y Verstappen, su tercer título. El podio lo completó Norris, quien dio buena cuenta de Russell gracias a sus neumáticos.