En Bakú, Lewis Hamilton lo pasó realmente mal para mantener su coche en la pista. Su compañero, George Russell, finalizó en tercera posición, pero el británico apenas pudo alcanzar la novena: "El coche era malísimo, el equilibrio era muy malo, era casi cómico", analizó el piloto de Mercedes después del Gran Premio.
Y es que, incluso el mismísimo Toto Wolff llegó a reconocer que habían utilizado el monoplaza del '44' como banco de pruebas. Ello es debido a que el año que viene estará en Ferrari y en la escudería de la estrella ya piensan en el futuro sin su presencia.
Sin embargo, Hamilton recurrió al pasado para salir adelante en las calles de Bakú: "Recuerdas a Fernando Alonso en su momento cuando estaba ganando los campeonatos, este es el estilo de conducción que he tenido que aplicar hoy", reconoció.
"Tenía tanto subviraje, que en vez de ir suave tenía que pegar un volantazo para que deslizara en todas las curvas, porque no entraba como debía", concluyó el inglés en su explicación.