La "Ley de Protección de Mujeres y Niñas en el Deporte" procura reducir la protección contra la discriminación sexual que lleva 50 años para reconocer que el sexo "se basa únicamente en la biología reproductiva y de una persona al nacer".
La iniciativa fue aprobada en el comité de educación de la Cámara de Representantes que está controlado por la oposición republicana y quedó listo para ser discutido en el plenario.
"Como madre y vieja educadora, aborrezco la creciente prevalencia de hombres biológicos que compiten en deportes femeninos", declaró la congresista republicana Virginia Foxx.
Permitir que competidores trans integren equipos con atletas femeninas "niega la igualdad de oportunidades para las mujeres", declaró Foxx ante la comisión.
Los demócratas le replicaron que es discriminatorio e hiriente privar de competir a los deportistas trans.
El tema genera discusiones en las aulas, autoridades educativas, grupos de mujeres y asociaciones deportivas de todo el país. En algunos lugares se prohíbe competir a mujeres y niñas transgénero.
Quienes se oponen a la inclusión argumentan que las mujeres y niñas trans tienen una ventaja injusta frente a sus rivales no trans debido a que, por lo general, tienen mayor masa muscular y densidad ósea, y otros factores físicos que potencian su velocidad y fuerza.
Pero varias asociaciones feministas y personalidades del deporte, como la estrella del fútbol estadounidense Megan Rapinoe, apoyan la inclusión de mujeres trans en las competiciones femeninas.
"Hay problemas acuciantes que afectan a niñas y mujeres en el deporte, como el acoso y las agresiones sexuales, la inequidad de recursos y la desigualdad salarial", declaró el congresista demócrata Mark Pocan.
El proyecto tiene pocas posibilidades de ser aprobado porque el Senado está controlado por los demócratas que son contrarios a la iniciativas. Empero es parte de un impulso de los conservadores para frenar la promoción de la identidad transexual que impulsan los liberales.
En su primer día en la Casa Blanca el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva contra la discriminación por razones de género u orientación sexual.