Los primeros escarceos de la jornada, más con la intención de chupar cámara y enseñar a sus patrocinadores que para hacer daño de veras -no llegaron ni al minuto de ventaja-, comenzaron pronto aprovechando la ascensión al Portalet. 

Pero la gran sorpresa llegó en la segunda dificultad montañosa, ya en tierras francesas, el Aubisque. Sus rampas se llevaron por delante las opciones del campeón de la pasada edición de La Vuelta, Remco Evenepoel. El belga se quedó descolgado al poco de comenzar y ni siquiera pudo seguir el ritmo de los compañeros que se quedaron para ayudarle. 

El ritmo endiablado del Jumbo-Visma hizo mucho daño, no sólo al belga. El siguiente puerto, el de Spandelles, lo coronaron en cabeza solo 21 ciclistas, cinco de ellos del equipo neerlandés. Entre ellos, claro, el maillot rojo, Sepp Kuss, además de Roglic y Vingegaard. Impresionante el dominio sobre el gran pelotón, al que destrozaron por completo. Evenepoel ya estaba a más de seis minutos, mientras Joao Almeida, que también había cedido, había llegado a unos tres minutos. 

Por ahí arriba también aguantaban los españoles con más opciones de victoria: Juan Ayuso, Enric Mas, Marc Soler y Mikel Landa, entre otros. 

Vingegaard revienta el Tourmalet y Jumbo, la Vuelta

Con Gesink y Wilderman, enormes gregarios del Jumbo, liderando la ascensión del gigante pirenaico -18,9 km y 7.4 % de pendiente-, el grupo fue perdiendo unidades. Entre ellos, el joven Lenny Martínez, que llegó a ser líder en la primera semana. A 15 kilómetros de meta ya eran solo 16. En el 11, cuando la carretera se empinaba por encima del 10 %, permanecían 12 valientes. 

Y a ocho kilómetros de meta, Vingegaard tiró de galones con un par de demarrajes que hicieron la selección definitiva. Rápidamente abrió hueco en solitario, con más medio minuto de ventaja, sobre un sexteto en el que estaban sus compañeros Kuss -maillot rojo- y Roglic, además de Ayuso, Landa, Mas y Uijtdebroeks.

El propio líder de la general, que se había separado junto a Enric Mas, probó a cuatro kilómetros, pero no consiguió despegarse del mallorquín. Así que se guardó las energías para volver a intentarlo a falta de mil metros para meta. Y esta vez sí le salió bien la idea para perder lo menos posible, sólo 29 segundos, con su compañero danés. Y Roglic, le siguió por detrás para completar la exhibición del Jumbo, llegando tercero. 

Kuss mantuvo su liderato. Vingegaard se aupó a la segunda posición de la general y Roglic a la tercera.