Con las piernas de los participantes ya maduras, la etapa más larga de La Vuelta llega en el penúltimo día de carrera. 208 kilómetros componen un recorrido de media montaña sin ascensos tremendamente exigentes, pero con 10 puertos de tercera categoría que suman un desnivel positivo de 4.000 metros. No habrá tiempo para la relajación pues hasta las bajadas están repletas de curvas.

Jumbo-Visma llega con la victoria en la general prácticamente asegurada y quieren confirmar un triplete histórico grandes vueltas en un mismo año garantizándole el maillot rojo a Sepp Kuss después de que Vingegaard ganara el Giro y Roglic el Tour. Otro objetivo es ocupar también los tres escalones del podio mañana en Madrid.

Los favoritos

Siendo una etapa en la que nadie podrá despistarse si no quiere perder puestos en la general, es complicado atisbar qué corredores tienen más opciones de atravesar en primer lugar la línea de meta. Serán más de cinco horas de lucha en un sube y baja constante. Es un día para ver una buena batalla entre los favoritos y la fuga, por lo que podemos apuntar a un nuevo triunfo de Evenepoel o de alguno de los tres mosqueteros de Jumbo-Visma.