Mathieu van der Poel
El "pequeño fenómeno" es campeón del mundo en ruta y en ciclocross y ostenta el título en la primavera. No hace falta ponerle un cartel en la espalda, su maillot tornasolado es suficiente. Tras haber extinguido la competencia de Wout van Aert la temporada pasada, el neerlandés quiere ahora vérselas con Tadej Pogacar mano a mano.
Sin embargo, ésta será su carrera de regreso a la carretera, mientras que su gran rival ya se ha probado a sí mismo a lo grande en la Strade Bianche.
Tadej Pogacar
El corredor esloveno dominó la Strade Bianche que, aunque se alargó 50 kilómetros, no dejó lugar al suspense, con un robo a 80 kilómetros de Siena y una contrarreloj individual que convenció rápidamente a la competencia para jugarse el segundo puesto.
Pogacar quiere continuar su búsqueda de los Monumentos. Le faltan dos (ya ha ganado la Ronde, la Lieja-Bastogne-Lieja y es tricampeón de la Vuelta a Lombardía) y la Primavera parece más "jugable" que la París-Roubaix en estos momentos.
Filippo Ganna
Segundo el año pasado, el italiano vuelve con un equipo INEOS particularmente bien equipado. Ganna cuenta con el apoyo de Tom Pidcock, que será más que un outsider, Michal Kwiatkowski, ganador en 2017, Connor Swift, Luke Rowe y Jhonatan Narváez.
A diferencia de MVDP y Pogi, el bicampeón del mundo de contrarreloj ha corrido mucho desde enero, con 21 días de carrera en casi 2 meses. Tiene lo que hace falta para dar un golpe de efecto en la final y poner en peligro los planes de los dos grandes favoritos.
Mads Pedersen
El campeón del mundo de 2019 ya tiene una sólida lista de victorias pero, aparte de la Gante-Wevelgem y la Kuurne-Bruselas-Kuurne, no tiene ninguna gran clásica en su palmarés y sigue en busca de un Monumento. Pasar la Cipressa y el Poggio no es intrínsecamente un problema y, si acaba en un grupo pequeño o dentro del pelotón, puede jugarse la victoria. Sexto en 2023 y 2022, vuelve a la carrera por 3ª vez y, a sus 28 años, tiene ahora la madurez necesaria para ganar vía Roma.
Matej Mohoric
El ganador de 2022, fanático del equipamiento de última generación, dejó a todos boquiabiertos con su nueva tija, que estaba convencido de que marcaría la diferencia en la final (¡dio un paseo antes de la salida silbando la sintonía de James Bond!). Evidentemente, es en las bajadas donde el esloveno es formidable y espectacular, aunque la UCI haya prohibido su técnica favorita, y puede llegar hasta el final con apenas diez segundos para levantar los brazos.