Ippei Mizuhara fue conducido al banquillo de los acusados en el edificio del tribunal federal de Los Ángeles con grilletes en los tobillos para una breve audiencia ante la magistrada estadounidense Maria Audero.
La comparecencia de Mizuhara, de 39 años, se produjo un día después de ser acusado de fraude bancario, que conlleva una pena máxima de 30 años de prisión.
Los fiscales federales afirman que Mizuhara sustrajo millones de la cuenta bancaria del astro de los Dodgers de Los Ángeles, Ohtani, para financiar un "apetito insaciable" por el juego.
Mizuhara apenas habló durante la vista del viernes, limitándose a decir "Sí" cuando se le preguntó si comprendía los cargos que se le imputaban antes de asentir para aceptar las condiciones de su puesta en libertad.
Audero dijo que Mizuhara podía quedar en libertad bajo fianza de 25.000 dólares y fijó la vista formal de la comparecencia para el 9 de mayo.
El juez ordenó a Mizuhara que no viajara fuera de la región ni tuviera contacto alguno con Ohtani. Mizuhara ya había entregado su pasaporte, dijo el abogado defensor Michael Freedman.
También se le ordenó que no participara en ningún tipo de juego y que iniciara un tratamiento contra la adicción al juego, algo que, según Freedman, su cliente "tiene toda la intención de hacer".
El New York Times informó esta semana de que Mizuhara estaba negociando con la fiscalía federal un posible acuerdo de culpabilidad en relación con el caso.
Tras la vista del viernes, Freedman emitió un comunicado en nombre de Mizuhara en el que pedía disculpas e indicaba su deseo de llegar a una rápida resolución del caso.
"Desea pedir disculpas al señor Ohtani, a los Dodgers, a las Grandes Ligas de Béisbol y a su familia", dijo Freedman en el comunicado emitido en nombre de Mizuhara.
"Él sigue cooperando con el proceso legal y tiene la esperanza de que pueda llegar a un acuerdo con el gobierno para resolver este caso lo antes posible para que pueda asumir su responsabilidad".
El jueves, el fiscal federal Martin Estrada declaró en una multitudinaria rueda de prensa que Mizuhara se había aprovechado de su posición como "mánager de facto" de Ohtani para asaltar su cuenta bancaria.
"Mizuhara usó y abusó de esa posición de confianza para saquear la cuenta bancaria del señor Ohtani con el fin de alimentar su insaciable apetito por las apuestas deportivas ilegales".
Pérdidas multimillonarias
Ohtani, actualmente la mayor estrella del béisbol, se unió a los Dodgers el pasado diciembre en un acuerdo récord de 700 millones de dólares, el contrato más rico de la historia del deporte norteamericano.
Una denuncia penal en la que se detallan las acusaciones de fraude bancario contra Mizuhara afirma que el traductor -amigo y confidente de Ohtani desde hace mucho tiempo- transfirió más de 16 millones de dólares de la cuenta bancaria de la estrella del béisbol "para pagar sus propias e importantes deudas de juego contraídas con una operación ilegal de apuestas."
Las acusaciones contra Mizuhara han detallado una escala asombrosa de apuestas ilegales que implican cientos de millones de dólares.
Entre diciembre de 2021 y enero de 2024, Mizuhara habría realizado aproximadamente 19.000 apuestas a una media de unos 12.800 dólares por apuesta.
Durante ese periodo, Mizuhara hizo apuestas ganadoras por valor de 142,3 millones de dólares y apuestas perdedoras por valor de 182,9 millones de dólares, lo que le dejó unas pérdidas de unos 40,7 millones de dólares.
Estrada dijo que no había pruebas que sugirieran que Ohtani estuviera al tanto o implicado en la actividad de apuestas ilegales de Mizuhara.
La política de apuestas de las Grandes Ligas prohíbe a "cualquier jugador, árbitro, funcionario o empleado de un club o liga" apostar en béisbol o hacer apuestas ilegales en cualquier otro deporte.
Los jugadores declarados culpables de apostar en un partido en el que hayan participado están sujetos a prohibiciones de por vida, con suspensiones de un año si se descubre que han apostado en partidos en los que no participan directamente.
Ohtani es una rareza en el béisbol, ya que combina el lanzamiento y el bateo de élite, lo que le convierte en un talento generacional que ha sido descrito como una versión moderna de Babe Ruth.
Esas habilidades y su imagen pulcra le han convertido en el rostro mundial del béisbol.