Aunque lo que querían, claro, después de eliminar a las anfitrionas en semifinales, era llevarse el trofeo. Pero no pudieron ante la mayor experiencia y amplitud de banquillo de sus rivales, las actuales campeonas de la Supercopa. 

El Bera Bera no empezó bien, ni mucho menos. Entre nerviosas y aceleradas, tardaron casi cinco minutos en anotar su primer tanto. A partir de ahí, un rodillo que defendía con intensidad y que corría las transiciones con una velocidad endiablada que sirvió, poco a poco, para abrir hueco en el marcador (16-11 al descanso).

El guion no cambió tras el reposo. El Granollers lo intentaba todo, pero se vio siete abajo muy rápido ante la contundencia enemiga e incluso jugando en superioridad numérica. Fue quizás, cuando el Bera Bera vio el título más cerca, casi conseguido, y ocurrió lo de siempre, la relajación que nadie quiere ver y que devolvió a las catalanas al partido. 

A tres tantos redujeron las diferencias con tiempo aún por delante para soñar con la remontada. Entonces apareció Alice Fernandes, la MVP de la final, para convertir ese sueño en pesadilla y ejercer de jugadora clave desde la portería para asegurar la victoria (31-25) y el título cuatro temporadas después. 

Son siete ya los entorchados del Super Amara Bera Bera, justas campeonas de la Copa de la Reina en esta edición disputada en el Martín Carpena de Málaga.