Será el quinto equipo del escolta zurdo, cuyo rendimiento ha caído en picado desde que en 2018 fuese nombrado MVP de la temporada.
Rodeado de problemas extradeportivos y de integración en el vestuario, James Harden protagonizó este verano su penúltimo conflicto con la directiva de los de Philadelphia. No consiguió su renovación al alza y eso provocó su ira y enfado hasta el punto de negarse a realizar la pretemporada con los 76ers y pedir el traspaso. Eso sí, siempre después de haber ejercido su opción de ampliación automática, que le reportará este año 35,6 millones de dólares.
Ahora, tras meses de presión, por fin ha conseguido su propósito de ser traspasado. Para conseguirlo, los Clippers se han tenido que desprender de Marcus Morris, Nicolas Batum, Robert Covington, KJ Martin, una primera ronda sin protección de 2028, dos segundas rondas de 2024, así como un intercambio de pick aún sin definir.
A cambio, Philadelphia, además de al díscolo Harden, envía a LA a PJ Tucker y a Filip Petrusev.