Alemania arrancó el partido como un torbellino y dejándole claro a Estados Unidos que tendrían que anotar muchos puntos para pararles los pies. Unos altísimos porcentajes de acierto, ligados a unos más que inspirados Franz Wagner y Daniel Theis, los germanos demostraron por qué llegaban a semifinales como el único combinado invicto del torneo.

Los norteamericanos recogieron el guante sin pestañear, lo que desembocó en un disparatado parcial de 31-33 favorable a los europeos en el primer cuarto. Austin Reaves, desde el banquillo, fue el hombre que mantuvo a los de las barras y estrellas en la batalla cuando peor se pusieron las cosas, pero inexplicablemente Steve Kerr le fue quitando protagonismo según transcurrían los minutos.

Para el segundo cuarto las cosas se igualaron y los americanos pusieron una marcha más, aunque sin conseguir distanciarse del todo de los chicos dirigidos por Gordie Herbert. Surgió la figura de Mikal Bridges para cerrar una primera parte perfecta (15 puntos, 5 de 5 en tiros de campo, 3 de 3 en triples y 2 de 2 en tiros libres) y enviar a su selección un punto por encima al descanso (60-59).

La sensación era que la balanza se inclinaba cada vez más para el lado estadounidense, pero un arranque flojo tras el intermedio les condenó a sufrir lo indecible ante el trance anotador de la escuadra alemana, que se marchó hasta los 35 puntos en el tercer acto con la entrada en escena de un actor inesperado llamado Andreas Obst.

Entraron 11 por debajo los chicos de Kerr a la definición en choque y no lograban colocar la diferencia por debajo de la decena. Ni siquiera estaba necesitando Alemania a un Dennis Schroder excelso -términó yéndose a 24 en eficiencia-, ya que su trabajo en equipo estaba siendo encomiable.

Para suerte de los grandes dominadores del baloncesto mundial, siempre cuentan con un extra de talento respecto al resto. Ese añadido lo puso Anthony Edwards, que se encargó de reducir las diferencias para que hubiese partido en los últimos cinco minutos.

Finalmente Alemania supo mantener el tipo para dar la campanada y tumbar a los todopoderosos americanos. La labor de Andreas Obst, con un triple decisivo en el tramo final, fue clave para confirmar la final europea.

Alemania, un equipo

Entre las claves para que Estados Unidos pasara por tantos problemas estuvo su falta de altura en la pintura. También influyó la circulación del balón, en la que el equipo del viejo continente destacó con 30 asistencias por las 25 norteamericanas.

Con este triunfo, Alemania pone rumbo a la final, en la que aguarda una durísima Serbia. En el inédito partido por el tercer y cuarto puesto a Estados Unidos le espera Canadá, deseando colgarse su primera medalla en un Campeonato del Mundo de baloncesto.

Jugador Flashscore del partido: Andreas Obst.

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