La valoración iba a ser positiva con independencia del resultado porque se medían a la número uno del ranking FIH, pero los Red Sticks aún querían decir más cosas en el Mundial que se está celebrando en Bhubaneswar y Rourkela (India). La selección de Oceanía, eso sí, se presentaba como un duro rival para la antepenúltima ronda.
España tenía poco que perder y con esa actitud afrontó la cita contra Australia, que dejó atrás la fase de grupos en primera posición después de ganar dos partidos y empatar el restante. Aunque no faltó la emoción, ninguna de los dos conjuntos fueron capaces de abrir el marcador en el primer cuarto, pero ese momento no iba a tardar mucho más en llegar… y a muy buen ritmo.
Cinco minutos después de que arrancara el segundo cuarto, Xavi Gispert, con un golpeo cruzado tras superar a un rival, firmó un golazo para poner el 1-0. Y no tardó demasiado Marc Recasens en hacer el segundo. Andrew Ogilvie, sin embargo, se encargó de poner el punto de amargura cuando ya se acariciaba el entretiempo. Aún tenían que pasar muchísimas cosas.
Atropellados por Australia
Aran Zalewsky le dio otra alegría a su país, justo tras arrancar la segunda mitad, y puso una nueva pieza en el camino hacia la remontada. A este subidón moral le dio continuidad Jeremy Hayward, quien marcó otros dos más (ambos de penalti córner) antes de llegar al 40'. En menos de un cuarto de hora (efectivo), los australianos habían pasado de ir perdiendo por un par de tantos a disfrutar de esa misma ventaja a su favor.
Lejos de estar resuelto y de la misma forma que llegaron tanto el 3-2 como el 4-2, Marc Miralles volvió a dar esperanzas y celebró el tercero con rabia. Faltaban más de 15 minutos para el final y todos los escenarios eran posibles, pero pese a que España lo intentó, el 4-4 no llegó. Se acaba así, con un disputadísimo duelo frente a la (actualmente) mejor selección del mundo, la aventura por tierras indias.