Carlo Ancelotti (63) avisó hace tan solo unos días: el Real Madrid es un equipo difícil de matar. Con más vidas que tres gatos juntos, el equipo blanco salió airoso de una situación muy complicada tras verse por debajo en el marcador contra el Villarreal (2-0) para después ganar por 2-3 y llegar a los cuartos de final de la Copa del Rey. La cita en San Mamés también se presentaba como muy complicada, pero el empuje moral de haber conseguido esa meritoria remontada ayudó a vencer con cierta solvencia al Athletic Club.

Vinicius Júnior tuvo un papel más secundario en el choque frente a los vascos, algo desubicado y sin capacidad para imponerse a Óscar de Marcos en el duelo individual por la banda, pero fue uno de los principales artífices en la victoria frente a los castellonenses, ya que firmó el primer gol (minuto 57), ese que dio esperanzas para darle la vuelta a la situación e incluso evitar la prórroga. Sin lugar a dudas, el crack con pasado en Flamengo es una de las estrellas del vigente campeón de Europa y de LaLiga.

Ancelotti habló en rueda de prensa sobre el extremo: "A Vinicius le aprieta todo el mundo. Le aprietan los rivales dándole patadas, le aprieta la afición rival y, a veces, le aprieta también el árbitro. La realidad es que hoy le han mostrado una tarjeta amarilla, pero, como siempre, le han dado muchas patadas. Él, por cierto, va a mejorar en este aspecto, aunque también tenemos que tener en cuenta que es muy joven y que en este momento todo el mundo le está apretando. Y, creo yo, sin sentido".

Pese a este contundente mensaje en defensa del joven atacante, también admitió que aún debe seguir trabajando mentalmente para así evitar, por ejemplo, ese coqueteo con la tarjeta roja, como volvió a ocurrir este domingo por la noche. "Él es un jugador al que le gusta jugar al fútbol y puede ser que en algunos momentos se desconcentre un poco, pero es muy joven. Yo lo quiero mucho. Queremos que sea respetado un poco más", explicó el entrenador con un tono calmado.