Alcaraz veía a Novak Djokovic y a Rafael Nadal por televisión. El sueño de disputar un partido con ellos era distante. Ahora, tan sólo unos años más tarde, ya ha vencido a ambos en el Abierto de Madrid y, en París, vuelve a cruzarse en el camino del serbio.
Elogiado por su velocidad y por sus golpes, Alcaraz aterriza en la semifinal de Roland Garros consolidado como el número uno del mundo. El español completó un semestre impecable y, tras conquistar el Mutua Madrid Open, aspira, en la capital francesa, vencer a un Novak Djokovic polémico, intenso y agresivo en la instancia previa a la definición del título.
Djokovic, castigado por las declaraciones que ofreció sobre Kosovo, intenta, en Francia, dejar atrás el inicio del 2023. Pese a ganar el Abierto de Australia, no pudo participar en la gira de Estados Unidos. El gobierno norteamericano negó su ingreso (por inflingir la normativa sanitaria). Su ausencia ocasionó una pérdida de puntos que impulsó a Alcaraz hacia la cima de al ATP. En Roma, con sólo debutar, el español ascendió al primer puesto del ranking y, desde ese entonces, no lo ha soltado.
El partido, en sí, podría definirse como una batalla en el tiempo. El pasado y presente se encuentran con la transición hacia el futuro. Hace un año, Alcaraz era un cachorro ambicioso y soñador que esperaba jugar un mano a mano con sus ídolos. En la actualidad, disputa títulos contra ellos y es visto como la gran promesa del tenis europeo.
El vencedor del encuentro se enfrentará contra el ganador de la otra serie de las semifinales. Casper Ruud, que eliminó a Holger Rune en cuartos, medirá fuerzas con el siempre difícil Alexander Zeverev.
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