18 años son muchos años. Una mayoría de edad, de hecho. Es el tiempo que ha tardado Osasuna en volver a disfrutar de una semifinal de la Copa del Rey. Así que daba igual el frío, el grado bajo cero con el que recibió Pamplona el partido. La afición rojilla no iba a dejar de lado a los suyos.
Contagiado por ese ambiente de las grandes noches, y por aquello de marcar territorio en su estadio, salieron los locales más agresivos y firmando con Budimir el primer disparo. Había que calentar el ambiente, viendo el grado bajo cero con el que recibió Pamplona el partido. Pero poco a poco, el Athletic fue asentándose sobre el terreno de juego, esperando que apareciera Muniain, muy pitado como de costumbre en El Sadar, para activar su ataque.
Fue Sancet el que con más peligro amenazó a Sergio Herrera. Su disparo desde la frontal tocó en un defensor y complicó la parada, aunque aguantó magnífico en el suelo el meta rojillo para despejar. El posterior rechace lo transformó Iñaki Williams en gol, mas era clara su posición de fuera de juego. También quiso probar fortuna Muniain en una buena acción individual ante Aridane, si bien su remate se marchó arriba por mucho.
Los de Arrasate, a pesar de esas llegadas, se encontraban cómodos defendiendo en su propio campo. Evitaban así las carreras del mayor de los Williams y aún les daba para montar contras buscando a Chimy Ávila y a Abde, especialmente a este último aunque Berenguer ayudaba y mucho a De Marcos para frenarle.
Abde, el peligro rojillo
Neutralizados ambos ataques, se llegó al ecuador del choque con las gafas en el marcador. Pero a la vuelta, todo cambió. Con el Athletic volcado en ataque, Moi Gómez pasó al espacio para que apareciera Abde. El marroquí pareció dejarse la bola atrás en cuanto le encimó Vivian, pero se rehízo en el último instante para escaparse, disponer de espacio y tiempo para dirigir su remate cruzado y batir así a Agirrezabala. Simple, directo y 1-0 para los locales.
No tardó demasiado en tomar decisiones Ernesto Valverde para reactivar a sus pupilos. Cambió toda la banda derecha, pasando a Iñaki Williams al extremo para que jugase más de cara a la portería. Poco después, introdujo a su hermano Nico para aprovechar toda la anchura del terreno de juego.
Con esa asociación fraternal, más el apoyo de un exosasunista como Raúl García, los bilbainos a punto estuvieron de recoger frutos, aunque sin que tuviese que intervenir finalmente Sergio Herrera. Fue el aviso de la mayor presión y progresión que iban a poner en la recta final para intentar igualar el resultado.
La intención, sin embargo, no es lo único que cuenta, y el Athletic no anduvo fino en todo el encuentro. Ni acumulando hombres arriba. Osasuna es un equipo tan bien trabajado en defensa que o tienes el día o ni con siete cerrajeros serás capaz de abrir su puerta. El 1-0 se mantuvo impertérrito y todo quedará a expensas de lo que suceda en la vuelta en San Mamés el 4 de abril. Mas la ventaja, de momento, es pamplonica.
Jugador Flashscore del partido: Ez Abde (Osasuna).
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