Habrá lleno en Riazor para el partido que enfrenta a dos de los equipos más potentes de Primera RFEF. El estadio, con aforo para 32.547 personas según informa el Ayuntamiento de A Coruña en su página web, va a presentar una estampa más propia de la élite que de una categoría que ni siquiera corresponde a LaLiga. Este es el tercer intento del cuadro gallego por volver al fútbol profesional, un objetivo que estará un poco más cerca en el caso de ganar este domingo (a partir de las 19h00 CET) al filial blanco. Restan doce jornadas.
Es evidente que la llegada de Lucas Pérez ha incrementado la expectación por ver al equipo blanquiazul, que lleva siete partidos consecutivos sin conocer la derrota y sólo ha perdido en una ocasión durante el presente 2023 (contra el Alcorcón, que lidera en solitario). El delantero, que suma seis tantos en los nueve partidos que ha disputado en esta última etapa con el club de sus amores, es la principal amenaza para los de Raúl González, que han perdido sus dos últimos encuentros -frente a San Fernando y Rayo Majadahonda-.
El Dépor tiene ahora una serie de compromisos que pueden resultar decisivos en la carrera por el ascenso: después de recibir al Castilla, visitarán a la Cultural Leonesa y jugarán en casa frente al Celta de Vigo B, que ocupa la sexta posición y también aspira a subir a LaLiga Smartbank. Ese choque ante los celestes es muy importante en el apartado sentimental porque no sería la primera vez que el segundo equipo del eterno rival lográ asaltar Riazor, el colmo de cualquier aficionado coruñés. Ocurrió el 13 de diciembre de 2020 (1-2).