1.041 pases para rematar una vez a portería: España se estrella contra su estilo

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1.041 pases para rematar una vez a portería: España se estrella contra su estilo
1.041 pases para rematar una vez a portería: España se estrella contra su estilo
1.041 pases para rematar una vez a portería: España se estrella contra su estilo
GLYN KIRK / AFP
Sin profundidad y sin una alternativa para cambiar el rumbo del partido: así se despidió la Roja del Mundial de Catar, un naufragio difícil de imaginar después de la goleada contra Costa Rica (7-0) en el estreno.

El estilo por encima de todo, incluso del resultado. Ese es el resumen del campeonato realizado por España en Catar, una idea de juego que instaló Guardiola en el Barcelona y se trasladó a la selección después, con un dominio espectacular que se tradujo en dos Eurocopas consecutivas y un Mundial entre una y otra. "Nuestra idea es muy clara y vamos a seguir jugando desde atrás, por supuesto", dijo Luis Enrique el lunes. Y así murió la selección, con mucho toque y carencia de ocasiones.

No hubo un segundo plan. La alternativa fue Morata, suplente contra Marruecos, pero manteniendo la misma idea. Paradójicamente, Luis Enrique mostró una versión más polifacética cuando consiguió el triplete con el Barça. Si bien es cierto que también practicaba ya esa presión alta, en ataque había juego directo y vertical. No eran los mismos jugadores, pero el asturiano tenía entre cientos de futbolistas para elegir y conformar un plantel algo más versátil y menos monótono.

Marruecos 0-0 España
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España dominó la posesión de balón en los cuatro partidos disputados, pero ni mucho menos tuvo el control del juego en todos ellos. Por supuesto, aplastó a Costa Rica durante los 90 minutos, pero si ponemos el foco en el duelo ante los norteafricanos, hay argumentos para ponerlo en duda pese a superar el millar de pases (1.041). El hecho de disparar tan solo una vez a portería, sin lugar a dudas, es uno de ellos, sobre todo porque los de Walid Regragui tuvieron la ocasión más clara del choque y se toparon con Unai Simón hasta tres veces (323 pases en total).

Pese a la evidente falta de profundidad, con una cuota de responsabilidad importante para Marruecos por su buen hacer en la presión, en las ayudas y en esa figura tan esencial como la que representa Amrabat, la Roja remató 13 veces (aunque es complicado recordar otra oportunidad clara más allá de la de Sarabia), protagonizó ocho saques de esquina (ninguno por el rival) y generó más de 200 ataques según las estadísticas, 84 de ellos calificados como “peligrosos” (casi el triple respecto al oponente en ambos casos).